martes, 22 de abril de 2008

Viajando de Sur a norte

Viajando de Sur a norte descifras en cada viaje, el camino, el sendero... rasgos que son los mismo en un sitio u otro, en un país u otro, las cicatrices son las mismas de quienes viven - vivimos- en un mundo que se nos dice Globalizado, las venas de américa latina, siguen abiertas. Atisban algunos cambios, nimios, pero atisban. Y en esa espera están - estamos - millones de nombres anónimos por todo el continente. América latina sigue siendo América Nativa. Cuando al fin la descubramos nos daremos cuenta que seguimos existiendo como cultura y como una sola patria latinoamericana.

Los mercados están abiertos a las mercancías, a la usura, a la mano de obra barata. Si viajas del Sur al Norte te das cuenta las pocas diferencias que hay entre un País y otro. Las fronteras se abren a los mercados, al dinero, al capital, para ellos no hay impedimento alguno, se abren las fronteras y gobiernos proclives al capital, le hacen arrumacos y les ofrecen todo tipo de subterfugios legales e ilegales, con tal de asegurarse, ellos, el intercambio de los sobornos. Entre Gobiernos fáciles de dinero y las corporaciones internacionales dictan sus normas laborales.

Sin embargo las personas que migran por una vida mejor, no entran a cualquier país del Norte, incluso los Países fronterizos del Sur, se cierran, y, más aún, si esta persona va del Sur al Norte, viene de un País "pobre", a ellos las fronteras se les cierra, y se les cierra en todos los sentidos y en toda la extensión de la palabra.

Aparecen nuevos nombres de migrantes, aquell@s que tienen que migrar por razones diversas, en el pasado las causas eran quizá tres y así lo reconocen en la Carta magna de la declaración Universal de los Derechos Humanos: económicas, políticas y por cuestiones de persecución religiosa. Hoy sin embargo, la diversidad se expresa en aquellos que salen por cuestiones económicas, se les une también los migrantes ecológicos, aquéllos que por catástrofes naturales se ven obligados a desplazarse en el mismo País, o, fuera de él. Sin olvidarnos de los que se ven obligados a huir por cuestiones políticas. La migración es, ya, una realidad, que en Europa, las extremas derechas fascistas y racistas, en sus mítines, ven en la migración un acoso y derribo a sus culturas.

Este modo de producción capitalista nos está devorando al mundo y a las personas; la tierra, el mar, las plantas, los árboles etc. el ser vivo que los griegos llamaban “GAIA” se nos está muriendo lentamente. Nos dicen que todos debemos ser responsables, y, todos asumimos esa responsabilidad. Pero las empresas, las transnacionales, las multinacionales, ellas, NO, ellas siguen en su contaminación diaria, y los países que más contaminan, no mueven ni un ápice sus máquinas que matan lentamente a la tierra. Ellas siguen esquilmando a Gaia día a día, y la siguen contaminando y sangrando. Y también son los verdaderos responsables de la salida de millones de personas del Sur al Norte. Sin embargo eso las estadísticas macro económicas no lo expresan ni lo manifiestan en sus escritos.

viernes, 11 de abril de 2008

El Mes de abril de un año cualquiera.

El Mes de abril de un año cualquiera.

Una alegoría entorno a la muerte-suicidio-asesinato de Salvador Cayetano Carpio. Comandante Marcial.

El tiempo les está dando la razón a quienes por causas conocidas en la reciente historia del movimiento revolucionario salvadoreño pusieron en duda las palabras que se dijeron tras la muerte-suicidio-asesinato de Marcial. Desconfiaron de aquellos que decían tener en sus manos, y en sus bocas, la razón de la historia de ese movimiento revolucionario en El Salvador. Casi nadie conoce - ni sabe - que a esos cuatro “cabezones” a los “disidentes”, como también se les dijo sabían quiénes eran los responsables de esos hechos.

El FMLN que se dijo revolucionario a partir de 1983, tuvo que amordazar a los que el tiempo les está dando la razón, y los amordazaron tanto en la capital como en la montaña, también se les persiguió y asesinó en el monte como en la ciudad. Y repito, de eso, casi nadie sabe o conoce, o ¿sí?

En Abril de 1983 dos asesinatos conmueven al movimiento revolucionario. El día 6 de Abril, en Managua, Nicaragua, es asesinada la segunda responsable del FMLN, movimiento revolucionario que estaba compuesta por cinco organizaciones guerrilleras y revolucionarias, de carácter marxista. Y el 12 de ese mismo mes, la muerte-suicidio-asesinato del primer responsable del FMLN.

La dirigencia del FMLN de entonces, se debatía entre dos líneas estratégicas de lucha. La primera contaba con un amplio apoyo entre la mayoría de las bases del movimiento revolucionario. Esta línea era la lideraba por el primer responsable, Salvador Cayetano Carpio, conocido más por el Comandante Marcial. Su línea era clara, la toma del poder por medio de la lucha armada, su estrategia en síntesis era que por medio de una Guerra Popular de carácter Prolongado (GPP) se tomaría el poder. En su mayoría la componían – la componen - campesinos y obreros, que más tarde compondrían un Gobierno Democrático Revolucionario.

La segunda línea era encabezada por Ana María, segunda responsable del FMLN. Esta se basaba en el Diálogo y la Negociación. Su objetivo principal, era llegar a un Gobierno de amplia participación (GAP), donde se “compartiría” el “poder” con sectores de la burguesía salvadoreña. También se sugerían hacer nimias reformas en el Estado, para que el FMLN, participara como un partido político más en las elecciones.

Tras los dos asesinatos es la segunda tesis la que se va a imponer. Su imposición se valió de un “recambio” trágico como lo va reconocer Fcundo Guardado en la entrevista que le hace marta harnecker en el libro con la mirada en alto. Además añadió en dicha entrevista que a Marcial, le estaban dando una oportunidad, que era la de abandonar el país. Llegados a este punto y como Marcial no aceptó, los trágicos sucesos llegaron primero con el asesinato de Ana María, y luego el 12 de abril con la muerte- suicidio-asesinato del Comandante Marcial.

Con la muerte de Marcial, la dirigencia del FMLN, dijo que el asesinato de Ana María lo había preparado Marcial y que descubierto éste, se suicido. En el juicio posterior llevado a cabo en Nicaragua, se deja claro que en el asesinato de Ana María, Marcial no tenía nada que ver, sin embargo, no se rectificó ni se dijo nada de la exoneración en el juicio del comandante Marcial en los años siguientes por parte de la comandancia del FMLN. Es más hablar de este tema en el interior del FMLN sigue siendo tabú.

Por otra parte un sector de la guerrilla urbana salvadoreña exigió una investigación de los dos asesinatos, pero nunca la hubo en el interior del FMLN ¿Por qué?. A quienes habían exigido la investigación y dudaban de lo dicho por la comandancia del FMLN, se les persiguió, incluso llegaron a asesinar a varios, a cientos militantes de ese sector de la guerrilla urbana, pero de eso tampoco se habla, este tema como el de los sucesos de Abril sigue estando en el olvido.

Y ellos, la dirigencia del FMLN, sólo ellos, sabían que la muerte de Marcial fue obra de alguien que apuntaba la mentira como verdad. Muchos se la creyeron, y hubo cómplices que facilitaron a la mentira el silencio.

Los verdaderos responsables, Leonel Gonzales, Joaquín Villalobos, Shafick, Handal y otros siguen estando ahí, donde estaban en el preciso momento de la muerte-suicidio-asesinato de Marcial; sólo ellos, los máximos dirigentes de hoy y de entonces, saben quién es el verdadero culpable, y los culpables anidan todavía en el seno mismo de su partido. Porque ahora - y siempre fueron – ellos, los verdaderos responsables de esos trágicos sucesos de abril de hace 25 años, y también son los verdaderos responsables del giro que ha tomado la impunidad y la injusticia en El Salvador. Hoy la muerte tiene un salvoconducto de democracia.

Cuando la historia se pudo cambiar, los dirigentes del FMLN de entonces y de hoy, le tuvieron miedo y cansancio. Las palabras estaban vacías de contenido, entiéndase desde la perspectiva de clase, porque la paz que exigían no era la transformación de las estructuras injustas de poder, sino más bien, nimias reformas para que se dijese que había valido la pena. El carácter de clase de la lucha salvadoreña es a lo que la dirigencia de hoy – y de entonces – prefieren omitir. Se dejaron seducir por los argumentos de la minoría recalcitrante, prepotente y aduladora del país, y de una socialdemocracia europea, que también en esto tuvo algo que ver. La dirigencia del FMLN aprendió rápido el lenguaje de sus compinches, la oligarquía cafetalera, reciclada hoy, con otros nombres más sutiles, y amplios, pero siguen siendo los mismos asesinos de siempre.

El tiempo les está dando la razón a aquéllos que por cuestiones de principios y compromisos con el pueblo más humilde del pulgarcito de América, fueron sentenciados a muerte por quienes decían tener la razón y la historia en sus manos. Y en sus alharacas, que hoy, se saben mal oliente estaba oculta la verdad. La miseria sigue siendo el pan diario de la inmensa mayoría de El Salvador. En esas verborreas de lucha que ellos tenían, se escondía la traición. Por eso está el país como está.

El día que se sepa toda la verdad de quienes fueron los verdaderos responsables de la muerte de Marcial, ese día, empezaremos a conocer a los que vendieron a su pueblo por unas cuantas monedas de oro.


miércoles, 2 de abril de 2008

Invisibles


Un adelanto de su nuevo libro, "Espejos"

Eduardo Galeano
La Jornada

El héroe

¿Cómo hubiera sido la guerra de Troya contada desde el punto de vista de un soldado anónimo? ¿Un griego de a pie, ignorado por los dioses y deseado no más que por los buitres que sobrevuelan las batallas? ¿Un campesino metido a guerrero, cantado por nadie, por nadie esculpido? ¿Un hombre cualquiera, obligado a matar y sin el menor interés de morir por los ojos de Helena?

¿Habría presentido ese soldado lo que Eurípides confirmó después? ¿Que Helena nunca estuvo en Troya, que sólo su sombra estuvo allí? ¿Que diez años de matanzas ocurrieron por una túnica vacía?

Y si ese soldado sobrevivió, ¿qué recordó?

Quién sabe.

Quizás el olor. El olor del dolor, y simplemente eso.

Tres mil años después de la caída de Troya, los corresponsales de guerra Robert Fisk y Fran Sevilla nos cuentan que las guerras huelen. Ellos han estado en varias, las han sufrido por dentro, y conocen ese olor de podredumbre, caliente, dulce, pegajoso, que se te mete por todos los poros y se te instala en el cuerpo. Es una náusea que jamás te abandonará.

Americanos

Cuenta la historia oficial que Vasco Núñez de Balboa fue el primer hombre que vio, desde una cumbre de Panamá, los dos océanos. Los que allí vivían, ¿eran ciegos?

¿Quiénes pusieron sus primeros nombres al maíz y a la papa y al tomate y al chocolate y a las montañas y a los ríos de América? ¿Hernán Cortés, Francisco Pizarro? Los que allí vivían, ¿eran mudos?

Lo escucharon los peregrinos del Mayflower: Dios decía que América era la Tierra Prometida. Los que allí vivían, ¿eran sordos?

Después, los nietos de aquellos peregrinos del norte se apoderaron del nombre y de todo lo demás. Ahora, americanos son ellos. Los que vivimos en las otras Américas, ¿qué somos?

Fundación de las desapariciones

Miles de muertos sin sepultura deambulan por la pampa argentina. Son los desaparecidos de la última dictadura militar.

La dictadura del general Videla aplicó en escala jamás vista la desaparición como arma de guerra. La aplicó, pero no la inventó. Un siglo antes, el general Roca había utilizado contra los indios esta obra maestra de la crueldad, que obliga a cada muerto a morir varias veces y que condena a sus queridos a volverse locos persiguiendo su sombra fugitiva.

En la Argentina, como en toda América, los indios fueron los primeros desaparecidos. Desaparecieron antes de aparecer. El general Roca llamó conquista del desierto a su invasión de las tierras indígenas. La Patagonia era un espacio vacío, un reino de la nada, habitado por nadie.

Y los indios siguieron desapareciendo después. Los que se sometieron y renunciaron a la tierra y a todo, fueron llamados indios reducidos: reducidos hasta desaparecer. Y los que no se sometieron y fueron vencidos a balazos y sablazos, desaparecieron convertidos en números, muertos sin nombre, en los partes militares. Y sus hijos desaparecieron también: repartidos como botín de guerra, llamados con otros nombres, vaciados de memoria, esclavitos de los asesinos de sus padres.

Padre ausente

Robert Carter fue enterrado en el jardín.

En su testamento, había pedido descansar bajo un árbol de sombra, durmiendo en paz y en oscuridad. Ninguna piedra, ninguna inscripción.

Este patricio de Virginia fue uno de los más ricos, quizás el más, entre todos aquellos prósperos propietarios que se independizaron de Inglaterra.

Aunque algunos padres fundadores de Estados Unidos tenían mala opinión de la esclavitud, ninguno liberó a sus esclavos. Carter fue el único que desencadenó a sus cuatrocientos cincuenta negros para dejarlos vivir y trabajar según su propia voluntad y placer. Los liberó gradualmente, cuidando de que ninguno fuera arrojado al desamparo, setenta años antes de que Abraham Lincoln decretara la abolición.

Esta locura lo condenó a la soledad y al olvido.

Lo dejaron solo sus vecinos, sus amigos y sus parientes, todos convencidos de que los negros libres amenazaban la seguridad personal y nacional.

Después, la amnesia colectiva fue la recompensa de sus actos.

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