jueves, 17 de diciembre de 2009

Berlusconi y sus dientes…


Viendo una y otra vez las imágenes de cómo impactaba la réplica de la iglesia en la cara de Berlusconi, lo reconozco me impactó. Sólo imaginar el dolor que le pudo causar a un señor de casi 73 de años, sentí lástima y casi dolor. Alegría primero y luego lástima. ¡Ha perdido hasta dos dientes¡ a ese personaje tan siniestro un ciudadano de 42 años le lanza un catedral en miniatura en la cara, con una puntería tal que ni los de seguridad se dieron cuenta que por los aires venía con un repudio de tales magnitudes…, que al margen de cómo este el ciudadano, refleja lo que mucho italianos – y much@s personas de otras partes del planeta – sentimos y nos hubiese gustado hacer.

Sin embargo el sentimiento que me pudo causar ese golpe al “ cavaliere” primero alegría y segundo lástima, pena, y casi compasión por el daño que le había causado al anciano. Lo confieso sentí compasión, sí, pero no por ello dejé de pensar en lo que quiero compartir en este escrito.

¿Qué nos pasa a los llevamos en nuestras conciencias la lucha contra el hambre, contra la miseria, contra cualquier injusticia que se comete en el mundo?¿qué nos lleva a sentir compasión, incluso, con delincuentes como il cavaliere?. Insisto sentí compasión, pero también pensé – y pienso - en los niños, mujeres, ancianos y hombres que mueren… mejor dicho, que son asesinados por la ocupación en Irak, Afganistán. Sí, también pensé en ellos. Pensé más en esa gente que en Berlusconi. Y yo sí pensé en ellos, y siempre todos los días pienso en ellos.

La diferencia pues, entre lo que representa Berlusconi y quienes pensamos con el lado izquierdo, es precisamente eso. Que a nosotros nos duelen, las sentimos cercanas, incluso sufrimos por las muertes de miles de inocentes que ha causado – y causa - la ocupación en Irak y Afganistán, y, ellos, lo que representa este personaje, no.

Lo que ha sufrido Berlusconi es un pequeño rasguño o nada comparado con lo que sufren a diario miles de iraquíes y afganos. Ni el zapatazo a Bush, ni el piñazo a Berlusconi nos conmueven como nos conmueven esos miles de muertos que además cargan en sus manos, y son los responsables de tantas y tantas anónimas e inocentes muertes. Esa es, pues, la diferencia entre ellos y nosotros, que a nosotros nos duele cualquier daño que pueda sufrir cualquier persona en el planeta, incluyendo la tortura, a ellos, no.

Esas miles de muertes, ellos los Berlusconi y los Bush entre otros ni las recuerdan ni las tienen en cuenta porque para ellos prima, precisamente, el negocio que se alza y descansa en eso, en las muertes de inocentes.

Ante el pequeño y nimio piñazo que ha recibido ”il cavaliere” pongo las imágenes de los iraquíes y afganos muertos por la ocupación, todos inocentes. Y para no quedarme tan lejos de Europa, pongo también las imágenes de miles de migrantes que en estos momentos están siendo tratados como “delincuentes” por culpa de la política migratoria fascista y racista de este ¡cacho cabrón!.

El cavaliere se ha quedado sin dientes, el dinosaurio descansa en un hospital, los migrantes en barracones. Y la miles de muertes en una zanja como desconocido. Pongo también las denuncias de los torturados en el estado español, migrantes, vascos, españoles, catalanes etc. Porque a nosotros sí nos conmueven todo eso a ellos, sencillamente NO.


También en Kaos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"A nosotros sí nos conmueven todo eso a ellos, sencillamente NO." Me kedo con eso, es genial este análisis, estupendo!!!

La abuela frescotona dijo...

SATISFACCIÓN ME DA TU COMENTARIO, LO APLAUDO Y ME ASOCIO.
TODO ES VERDAD. ME GUSTARÍA QUE EL MUNDO ABRIERA EL TELÓN DE LO QUE SUCEDE EN ESPAÑA, CON LAS PATERAS Y LATINOS QUE LLEGAN A SUS COSTAS Y AEROPUERTOS. LA TORTURA PSICOLÓGICA Y DE ABLANDE QUE LES DAN A LOS PASAJEROS POR PORTACION DE CARA Y NACIONALIDAD. NI HABLAR DE LAS PATERAS. EN NINGÚN PAÍS DEL MUNDO EL MALTRATO DE GENERO ES TAN ABRUMADOR COMO EN ESPAÑA.
BUENA NAVIDAD, AMIGO POETA.

JC Conde de Orgaz dijo...

Feliz Navidad Txamba.

Como es costumbre, les dejo la tradicional tarjeta de Navidad de todos los años de La Terminal para nuestros lectores y comentaristas.