miércoles, 18 de marzo de 2009

El mes de Marzo, mes de Monseñor Romero y Rutilio Grande


Y el triunfo popular.

Monseñor Romero, mártir de América latina, tu lucha sigue latiendo en cada paso que da el pueblo del continente, pero en especial, y perdonen, la pedantería, los pobres de tu pulgarcito de América. No es fácil escribir en este mes Marzo sobre la persona de Romero y Rutilio, y como emocionalmente no es fácil permítame que me "invente" unas cuantas palabras sobre las elecciones y el triunfo de la izquierda con el recuerdo obligado de estos dos mártires.

En este mes no sólo quisieron acabar con la muerte física de los dos. Intentaron por todos los medios - que dispone la burguesía - acabaran con lo que ellos le enseñaron al pueblo salvadoreño a tener dignidad, y que bregando se conseguían sus objetivos, y que la esperanza tiene que estar puesta en el triunfo popular. Esos cambio ahora son - y eran - sinónimos de Romero y Rutilio, y la entrega a esa lucha ahora están dando sus frutos.

Monseñor Romero fue asesinado oficiando una misa, los sicarios pagados por la derecha y los gringos acabaron con solo un disparo en el corazón un 24 de Marzo de 1980. También lo hicieron tres años antes el 12 de este mismo con Rutilio Grande un niño y un anciano, fueron unos de los primeros mártires de El Salvador. El único delito que cometió Rutilio fue el de enseñar a leer a los campesinos y hacer que ellos, tomaran conciencia de clase con la teología de la liberación como otro instrumento válido de análisis a tanta injusticia que cometía - y comente - la derecha y los campesinos tomaron conciencia y a partir de allí, lucharon por un mundo más justo.

Aquí estoy sentado frente a esta pantalla discutiendo con mis ganas de escribir y las emociones, puede más, sin embargo, la segunda que también me invita a escribir y lanzo estas palabras, precisamente esta noche cuando se avecina el cambio a algo parecido por lo que ustedes dos, Romero y Rutilio, dieron sus vidas.

Quedan y quedarán muchas cosas por hacer. Será difícil, el imperio al que ustedes denunciaron - y señalaron - como una de las principal causa de tanta injusticia, no sólo en el salvador, porque a estas alturas de la historia, hoy todos sabemos que el imperialismo yanqui sigue haciendo lo que le da la gana en cualquier parte del planeta. Y vosotros Rutilio y Romero estuvieron ahí, acompañando desde la teología pastoral de la liberación a los movimientos populares que el pueblo había creado para hacer realidad el triunfo y convertirlo en un hito histórico en el continente, no fue fácil pero por fin lo han conseguido por otros medios.

Esta noche muchos, millones de salvadoreños esperan que el cambio, por fin, llegue. Aunque llegue despacio, lento pero que llegue seguro, esperan eso sí, que el imperio no vuelva a meter sus garras después de que la inmensa mayoría del continente y ahora del pulgarcito de América hablen con la democracia aunque burguesa, pero, que hablen. Y estoy seguro de que lo harán, y saldrán entonces los niños a las calles, las madres a las calles, los obreros, los campesinos, y celebrarán el triunfo, este pequeño pero significativo triunfo, lo celebrarán con el recuerdo de Rutilio y Romero en sus gritos de triunfo popular.

¿Ganará la justicia social esta noche?, ¿Ganará la equidad, la sororidad y la solidaridad esta noche?... de una cosa estoy seguro, esta noche…, a la madrugada, ganará la memoria de los miles de desaparecidos, de los miles de asesinados y volverán; con los cantos de los pobres. Con el canto volverán a recorrer las calles, la veredas, valles, montañas donde ellos los indios, mestizos, campesinos, obreros, estudiantes, amas de casa, anduvieron y sembraron lo que hoy, otros recogen. Con ellos, y también estoy seguro, habrá una amalgama de ciudadanos pequeños burgueses, pero estarán allí, cantando el recuerdo de los que dieron la vida por algo mejor. Cantarán por la memoria de los miles de anónimos y mártires que entregaron su juventud por esa utopía solidaria que hoy llamamos en América latina, socialismos del siglo XXI.

Monseñor Romero, Rutilio Grande, en este mes y a tantos años de vuestro sacrificio, el triunfo popular en el pulgarcito de América también es vuestro. A vosotros millones de anónimos y solidarios mártires les acompañamos. Otros miles lo harán – lo haremos - desde el exilio, y escribiremos, cantaremos, y gritaremos también por el ahora triunfo popular. Pero sin perder nunca la mirada porque ella tiene que estar puesta en el futuro. Porque si empezamos ganando sabemos que la derecha todavía tiene a sus escuadrones de la muerte, y, como bien sabemos a la burguesía, le cuesta reconocer sus derrotas. Su revanchismo le llevará a despertar a esas bestias durmientes que esperan a que les suene el despertador que yace en alguna alcoba de la CIA para hacer lo que ellos saben hacer, atemorizar a la población.

Sin embargo y a pesar de todo, estoy seguro, seguiremos construyendo lo que empezamos hoy, y se hará porque Monseñor Romero y Rutilio Grande viven en nuestros luchas y triunfos, siempre han estado ahí, y ahora más que nunca vuestra memoria vale la pena tenerla en cuenta. Por los miles de anónimos que dieron su vida por construir algo distinto al capital, y por el recuerdo necesario y solidario de Romero y Rutilio, para vosotros el triunfo. Monseñor Romero y Rutilio Grande mártires de América latina.

publicado en Kaos en la Red

1 comentario:

Patricia M. Sartor dijo...

CANTARÁN AL AMOR Y A UN MUNDO NUEVO

Que las emociones y las ganas de escribir se unan y se llenen de versos, de relatos, de canciones, en los pobres, en los indios, en los mestizos, en cada uno que no está pero está su lucha, hoy más que nunca se cumple lo que dice esa milonga que vos cantás con tanta profundidad y sentimiento:

los sueños que había querido
crecerán, aunque no estoy.
Ya no vivo, pero voy
en lo que andaba soñando.


decís: "Cantarán por la memoria de los miles de anónimos y mártires que entregaron su juventud por esa utopía solidaria que hoy llamamos en américa latina, socialismos del siglo XXI."

Cómo no cantar a esa utopía... cómo no hacerlo... vivamos nuestra utopía... vivamos y construyamos un mundo de nueva civilización, una civilización sin avaricia, no quiero que haya pobres y ricos, no lo quiero... ¿cómo se puede conseguir eso? pensemos modos de conseguirlo...

Me alegro por el pueblo salvadoreño que empezará a vivir de manera diferente... estoy segura que Mons. Romero y Rutilio Grande viven en los salvadoreños que hoy viven dentro y fuera de su patria... como también dice la milonga que vos cantás...

Mis manos son las que van
en otras manos, buscando,
mi voz, la que está gritando,
mi sueño, el que sigue entero.
Y sepan que solo muero
si ustedes van aflojando.
Porque el que murió peleando,
vive en cada compañero.


Para que nunca más se deba pelear, para que nunca más mueran los niños de hambre, ni se queden solitos sin papás... para que no sufra nadie nunca más, ¡¡¡NUNCA MÁS!!! como decimos en mi tierra...