El internacionalismo sinónimo de
solidaridad en el día del Che.
Siempre tiene que ser 8, 9 de octubre, el
tiempo y las circunstancias además de necesario amerita que siga siendo todos
los días del año, 8,9 de octubre, la solidaridad tiene que fluir, todos los
días del año a favor de los pequeños. El internacionalizamos no es una palabra
hueca ni vacía. No es una simple invención de solidarios trasnochados que
siguen creyendo que otro mundo es posible. El internacionalismo es -y tiene-
que ser el apellido de todo ser humano. Ese apellido que siempre ha existido y
que siempre ha estado al lado de los que más luchan, de los más pequeños.
Requiere de sacrificios de los grandes y de
los pequeños, de los sacrificios anónimos como el que día a día miles de
médicos cubanos construyen silenciosamente allá donde trabajan y luchan como
los millones de personitas que no necesitan más que coraje e hidalguía. No
necesitan más que solidaridad y sobre todo dignidad de saberse que la verdad es
parte esencial de los que luchan por un mundo más justo. Entre la barbarie y el
humanismo, el internacionalista se decantará siempre por el humanismo. No
soporta que los más pequeños sigan siendo los de siempre, confía en que más
temprano que tarde la situación de millones en el planeta cambie su suerte.
Hasta este momento parece que los de
siempre ganan. Y que la suerte de millones se ve abocada a que la dicten los de
siempre. Una suerte que muchas veces es inducida por el capitalismo neoliberal
y por los imperios que se imbuyen del horror y se valen de éste para imponer
sus valores que, a los ojos del internacionalista, es una injusticia más a
extirpar de esos valores que imponen y se instala allí donde llegan los que no
conciben un mundo más humano, el imperio.
Internacionalismo sigue siendo una de las
convicciones por las que en este momento millones de seres humanos de todo el
mundo, ven…, aunque no sean conscientes de que quien anónimamente trabaja a su
lado lo practique. Los médicos cubanos son los que depositan y los que más
representan a ese médico argentino-cubano que supo indicar el camino para
construir un mundo más justo. El internacionalismo es y sigue siendo necesario.
Hay otros, muchos, que siguen trabajando y llevando sin recibir nada a cambio
porque no lo esperan ni lo piensan. En este momento pienso en esos
internacionalistas vascos que en están siendo señalados por la “justicia
española-la Inquisición española” precisamente por eso, por hacer realidad el
sueño y el compromiso del Che, la solidaridad entre los pueblos.
El internacionalismo es peligroso porque
irradia solidaridad y ternura entre los pueblos y es a eso a lo que le tienen
miedo quienes se oponen a este valor y compromiso porque despierta en quien lo
practica, humanidad y sobre todo dignidad. Hablar del Che es hablar de todo
ello, es más, sólo la palabra ya es sinónimo de todo lo que significa y es, el
internacionalismo, es una manera de pensar y sobre todo, de vivir.
“Me siento tan patriota de Latinoamérica,
de cualquier país de Latinoamérica, como el que más y, en el momento en que
fuera necesario, estaría dispuesto a entregar mi vida por la liberación de
cualquiera de los países de Latinoamérica, sin pedirle nada a nadie, sin exigir
nada, sin explotar a nadie”.
“Porque esta gran humanidad ha dicho basta
y ha echado a andar. Y su marcha, de gigantes, ya no se detendrá hasta
conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez
inútilmente.”
“Déjeme decirle, a riesgo de parecer
ridículo, que el revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos
de amor”.
“Y sobre todo, sean siempre capaces de
sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en
cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario”.
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