martes, 12 de junio de 2007

segunda parte.

La izquierda reformista salvadoreña, la democracia participativa y representativa, y, viceversa. ¿es posible?.

Quienes conocen la realidad salvadoreña..., la realidad mediática, política y militar saben muy bien que quienes realmente controlan el poder, desde la sombra, son la oligarquía y la burguesía salvadoreña, la fuerza armada les presta su servicio. Mientras los partidos políticos son marionetas de un sistema de capitalismo neoliberal, todavía dependiente, del imperio, y un remedo de lo que ellos dan en llamar democracia. Porque son ellos los que siguen diseccionado la política económica interna del país, pero desde fuera.

Y la derecha como la llamada izquierda, son parte de ese juego democrático con el que se justifican muchas de las injusticias que se comenten en El Salvador. Los movimientos sociales, poco pueden hacer, por una razón muy simple, el partido que se dice de izquierda ya se encarga de desmovilizarlos, llevando y abanderando en el parlamento, sus reivindicaciones.

Hubo un tiempo en la historia del movimiento popular salvadoreño, que la mayoría de sus miembros, de simpatizantes, y de dirigentes procedían de las clases más desfavorecidas. Tenían una conciencia de clase, sabían dónde estaba realmente el verdadero problema de las injusticias del país. Sabían quiénes eran - y son - los que reprimían – y reprimen - a la población mas desfavorecida. Lo que ocurrió es que a medida que el movimiento popular se masificaba, en esa masificación, entraban sectores de las capas medias y de la pequeña burguesía, y comienzan a acceder a cargos importantes de la dirección tanto del frente como de las organizaciones sociales. Éste es uno de los factores a tener en cuenta para comprender el cambio a la social democracia dentro del frente. Por otro lado es necesario destacar que supone abrir las puertas a un sector de la derecha que además “... incluye renunciar a las demandas anticapitalistas y antiimperialistas para poder ganar el apoyo del sector privado de la clase media. Esto significa sacrificar cambios estructurales que favorecen a la clase trabajadora, campesinos y desempleados, a cambio de promesas vagas de empleo, estabilidad, protección a la empresa local y crecimiento...” (james petras)

Son éstos los que en definitiva van a imponer una manera de hacer política, pero, desde el parlamentarismo burgués. Mientras que las luchas sindicales, protestas sociales van a pasar – y han pasado – al último eslabón de la lucha. ¿Para que sirven si no los parlamentarios? Para, desde la demagogia política, reivindicar las peticiones y exigencias sociales, y, así llevar las luchas de las clases más desfavorecida, al parlamento.

La lucha parlamentaria se convierte en definitiva en desmovilizadora de la clase trabajadora por un lado, y desmovilizan también a las amplias mayorías más pobres de El Salvador. La democracia participativa y la representativa, ambas son sólo conceptos que sirven a la burguesía, en el caso salvadoreño, para desmovilizar con la ayuda de la dizque “izquierda”, las luchas de un sector que crece a medida que el neoliberalismo extiende su poder y desgarra la conciencia de los sectores de la pequeña burguesía como de las capas medias. La izquierda reformista salvadoreña ha sido presa de esa conversión a la derechización de su pensamiento y hacen suyo el lenguaje burgués, estos conceptos son parte ahora del lenguaje de esta izquierda pero no desde la izquierda. Es esta izquierda cercana a la socialdemocracia la que ha conseguido que la democracia participativa como representativa sean sinónimos de, reformas. Porque ha perdido su carácter de clase para poder darle el punto de vista de la izquierda en el sentido etimológico del término.

La actual dirigencia de la izquierda reformista salvadoreña, hace unos meses celebraba el 15 aniversario del fin del conflicto armado, junto a la burguesía salvadoreña, y, porque no, al imperio usa americano, también. Tendremos que esperar mucho mas todavía a que aparezcan en el pulgarcito de América nuevos dirigentes, pero esta vez que sean realmente de izquierda, como los miles que dieron su vida en la selva o en las calles de las ciudades, barrios, colonias...etc por conseguir un país distinto al que la burguesía salvadoreña y la izquierda reformista están construyendo. Para construir el socialismo del siglo XII pero en El Salvador.

publicado en:
http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=36852



4 comentarios:

Aulo dijo...

Bueno, no conozco en profundidad el caso Salvadoreño, pero lo que comentas pasa en todas las democracias, sean del color que sean, de forma tal que difícilmente se les puede llamar democracia, es un problema serio que hay que abordar con serenidad e inteligencia, actualmente el sistema de partidos diluye la clásica división de poderes hasta el punto que constitucionalistas de renombre como Karl Lowenstein niega esa distinción proponiendo una distinta entre organos decisores, ejecutores y de control (www.juridicas.unam.mx/publica/rev/boletin/cont/92/art/art3.htm)
En cualquiera de los casos, creo que es un problema de fondo y que hay altas instancias que no están interesadas en solucinar, los primeros los partidos políticos pues al ser constitutivos de este sistema solo pueden modificarlo pero no cambiar de sistema, y nosotros hemos cedido el poder de hacer reformas políticas a esta clase, los políticos, sin que ahora puedan sacarnos de este problema, las multinacionales, las empresas tampoco están interesados, ¿qué nos queda? no creo que la lucha armada sea la solución, en ningún caso, salvo problemas graves de vulneración de derechos fundamentales, y ello porque esa solución no es hábil para solucionar el problema de fondo, creo que incluso lo puede empeorar, si el problema de fondo es la incomunicación es evidente que no soluciona el problema, en mi opinión y como anarquista que me considero la solución no está (bueno sí que está pero deja que me explique) no está en lo que se suele llamar político sino en lo social, y cuando digo "en lo que se suele llamar" es porque se ha sajado lo social de lo político, se han separado dos mundos que deberían estar unidos, creo, pues que la solución es conseguir que la gente empiece a preocuparse de lo político aunque sea a pequeña escala, en las instituciones políticas menores (como los ayuntamientos en España) donde no veo porqué no es posible una organización asamblearia, con esto no basta evidentemente pero crea el contexto adecuado para la llegada de una gran revolución de participación política a nivel macrolocal, revolución que debería surgir por emergencia y nunca por imposición, bueno, callo ya que me enrollo,
un saludo, te prometo que no es que no te quiera dar el enlace misterioso, pero no sé cual me pides.
Ciao

JC dijo...

Me parece un análisis de los problemas y sus posibles soluciones de la democracia representativa, el de aulo, muy atinado. Digno de reflexionar sobre él.

Porque, Txamba, la Democracia representativa a la que tú dices se ha plegado el FMLN indebidamente es un HECHO consumado. ¿Cuál es la alternativa? ¿Esperar? ¿Esperar qué?

txanba dijo...

A jc.

¿Quién elaboró la constitución? ¿Quiénes participaron de ella y en ella? ¿Acaso se tuvo en cuenta a las amplías mayorías? Desde qué perspectiva esta redactada la constitución? Son preguntas que, de alguna manera, nos ayudan a ver lo que tenemos como “democracia” y quienes hablan de ella cuando nadie les arrebata el poder.

La alternativa jc no pasa en la espera, ni esperar qué. Muchas veces estamos esperando que alguien venga y nos diga lo que se tiene qué hacer y el cómo. Cuando la respuesta la tenemos precisamente ahí, por más que justifiquemos dialécticamente nuestras posturas, siempre terminamos, tarde o temprano, dándonos cuenta que la solución está ahí, siempre estuvo ahí. Vemos el bosque pero no vemos el árbol. Es más si el pueblo salvadoreño (y cuando digo pueblo entiéndase que lo hago con carácter de clase) tomó las armas no las tomó por capricho ni por aventura, las tomó porque no le quedaba otra alternativa, es más cuando el pueblo organizado tomó es opción, es cuando, los que mandaban a asesinarles y sus ejecutores, hablaron de paz. Y otros (todos sabemos quiénes son) les hicieron caso y tomaron ese mismo discurso.

El proceso de diálogo y negociación que se llevó a cabo en el país, se llevó a cabo por que los intereses del capital se vieron diezmados y porque, se demostró en pocos años, que los pobres podían ganar esa batalla. No es una ilusión. Se acordarán cuando en la ofensiva del 89 el alto mando de las fuerzas armadas y el presidente Cristiani estaban dando una rueda de prensa, y justo a 500 metros, las bombas sonaban, los enfrentamientos en la zona de los ricos estaba en sus momentos más álgidos. Y es ese momento, una excusa para el gobierno y el ejército salvadoreño que les lleva a tomar la decisión de asesinar a los jesuitas. Justo la noche después de esa famosa rueda de prensa y en la madrugada del día siguiente, aparecen asesinados los seis sacerdotes, Elba y Celina. La masacre, fue una venganza porque la derecha y el ejército daban por perdida su batalla con la guerrilla en la capital. Habrá que preguntarles a la dirigencia del FMLN qué les llevó a ellos, para no tomar esa decisión y echarse para atrás precisamente cuando ya, y era evidente, se había ganado la batalla, nada mas y nada menos, que en la capital de san salvador.

Sin embargo, hoy son otros momentos y nadie lo niega. En estos momentos la represión continúa en el salvador. Debemos de seguir apostando por cambios pacíficos en el país, sin duda. ¿Quién ha cambiado su discurso? (la izquierda actual tiene complejos ¿por algo será? Esto lo abordaré en otro artículo que lo veras pronto en el blog). Pero, ¿ya nos dejaran si, un día gana la izquierda, hacer los cambios pertinentes en esas estructuras injustas que se han afianzado muy mucho quienes sustentan los medios de producción por ende la base y la supraestructura del país?. Cómo esto de momento no llega. No nos queda más remedio que, por lo menos cada cual desde donde esté hacer lo que tenga que hacer, yo escribo y denunciando, aportando y diciendo los errores que se están cometiendo, se han cometido para que no se vuelvan a cometer.

Anónimo dijo...

la alternativa para el salvador es una democracia participativa. que sea el soberano pueblo salvadoreno el que dicte todo sus direcciones politicas , economica sociales.. etc en esa democracia participativa tiene como eje fundamental la inclusio y no la exclusion que es lo que la democracia participativa genera,, vamos pues a construir esa democracia participativa.. todos.. todos a crear la segunda republica socialista savadorena .. ese es el camino ese es el futuro de nuestro pueblo el socialismo del siglo XXI.. bueno en respuesta a que tenemos que construir esa es mi alternativa revolucionaria.. democracia participativa.. rumbo al socialismo del sglo XXI...