32 muertos en una universidad de estados unidos. Virginia. La respuesta a la masacre la van a buscar – como siempre - en el individuo, que utilizó dos armas automáticas para asesinar a sangre fría a 32 estudiantes y herido a otros 30. Se responsabilizara a una persona, al estudiante surcoreano Cho Seung-Hui de 23 años, que no sabemos el móvil que le llevó a cometer la barbarie; primero mató a dos personas en un colegio mayor, dos horas mas tarde y después de haber andado unos 400 metros, empezó la masacre. Y el culpable va hacer el individuo que disparó el arma automática.
A la hora de buscar responsabilidad de los hechos, todos lo tienen claro, el único responsable es el estudiante que disparó las armas automáticas. La policía abrirá una investigación. Expertos expondrán, en debates, que el surcoreano estaba lleno de “ira” y ésta le llevo a cometer la masacre. Sicólogos, Sociólogos etc. Hablaran sobre la personalidad sicológica de Cho Seung-Hui y discutirán superficialmente del tema y al cabo de unas semanas se irá diluyendo en los medios de comunicación, paulatinamente todos se olvidaran de lo que ocurrió en la universidad de Virginia, y volverán a la rutina.
Sin embargo ¿es el único responsable? ¿Por qué a un ser humano se le pasa por la cabeza coger un arma y matar, a sangre fría, a más de 30 personas? La respuesta a estas preguntas está no sólo en la responsabilidad del individuo, si no también - y una gran (parte) de culpa la tiene - el modo de producción capitalista estadounidense. Las contradicciones que genera un sistema que vive de la muerte, un sistema que inyecta por donde va, muerte. Entiéndase en las personas que gobiernan y no en el pueblo estadounidense, porque en el pueblo hay también personas cultas e inteligentes. En mas de 30 estados la pena de muerte esta en vigor. Sus leyes permiten entre otras cosas que toda persona acceda a las armas de todo tipo y calibre en algunos estados a partir de los 16 años. La posesión de armas es algo fácil de conseguir. Viene contemplado como derecho en la Constitución del país.
En el país “más libre y demócrata del mundo” el 40% de las familias tienen una o varias armas en su casa... automáticas, revólveres, pistolas, M16, AK47 etc. Pero como dicen algunos miembros obtusos de la asociación nacional del rifle “ no son las armas las que matan son las personas malas que las utilizan para eso”. Hay un debate estéril en los estados Unidos por parte de personas cercanas a esta asociación que dicen, que si los estudiantes hubiesen tenido armas, esto no hubiese ocurrido. Vienen a argumentar con ello de que esta barbarie se hubiese evitado si los estudiantes – a los que asesinó Cho– hubieran tenido un arma. Hay más de 200 millones de armas en los hogares gringos. Y la respuesta, las causas y el origen, la buscan sólo en el individuo que disparó las armas automáticas.
Sin embargo no sólo es el hecho de que se vendan armas con facilidad lo que produce estos horrendos y execrables hechos. Con un presidente que invade países, violando las leyes internacionales, que ejerce de sheriff - del medio oeste como las películas gringas – por el mundo. Bush dice estar horrorizado por los hechos, mientras que las miles de muertes mensuales en Irak a él no le dicen nada. Sus soldados violan, matan a sangre fría, a miles de personas anónimas por el mundo. Hoy es Irak, ayer Vietnam, Corea... hace muy poco Centroamérica, en estos momentos Colombia.
Todos los asesinos en serie de América latina han sido entrenados por los Estados Unidos, todos, empezando por los militares y los escuadrones de la muerte de Centroamérica como los que operan en Colombia. Como aquellos que cometieron los asesinatos en Argentina, Uruguay, Chile etc. La respuesta a esta masacre de la universidad de Virginia la intentaran explicar en torno a Cho Seung-Hui.
Hasta que ocurra otra masacre que supere a ésta. Solo entonces volverán a hablar de lo mismo pero no del verdadero meollo de la cuestión, de un sistema decadente que produce no solo asesinos en serie, ni a sicópatas. Sino a trabajadores que productos de la desesperación cogen un arma y matan a compañeros de trabajo, o estudiantes que gustan sentirse importantes y hacen lo mismo. Estados Unidos es un país que vive de las armas y ha construido su sistema en base a ellas. En cuanto a valores se refiere andan muy escasos, es por tanto en el modo de producción capitalista donde debería de buscar las respuestas.