viernes, 27 de junio de 2008

Juzgue la forma en la que le informaron los medios de comunicación



Tibet:¿Verdadero o falso?

michelcollon.info

El objetivo de este « media-test » no es chocar o crear un escándalo. Todas las posturas son respetables. Nuestro objetivo es que cada uno pueda plantearse a sí mismo una cuestión esencial: « ¿Mis convicciones se basan en informaciones fiables? » « ¿Se ha tratado de manipular la opinión pública sobre algunas asuntos críticos? »


¿Cómo ser un buen juez? Significa escuchar con atención las distintas posiciones, tratar de dejar sus prejuicios de lado, comprobar la fiabilidad de cada prueba, documento o testimonio. ¿No debería estar todo lector o espectador de los medios de comunicación interesado en aplicar este método?

1. «ANTES DE LA INVASIÓN DE CHINA, EL PUEBLO TIBETANO VIVÍA EN ARMONÍA CON LOS MONJES Y LOS SEÑORES FEUDALES EN UN ORDEN SOCIAL INSPIRADO POR LAS ENSEÑANAZAS RELIGIOSAS»

FALSO. La doctrina religiosa imponía la superioridad del rico señor y la inferioridad del campesino miserable, del monje inferior, del esclavo y de la mujer. Se presentaba este orden como el resultado ineludible de la sucesión kármica, producto de las virtudes y los vicios de sus vidas pasadas.

En realidad, esta ideología justificaba un orden de clases feudal: los siervos debían trabajar las tierras del señor o del monasterio de forma gratuita y durante toda su vida. Cualquier acto era un pretexto para imponer elevados impuestos: matrimonio, defunciones, nacimientos, fiestas religiosas, la posesión de un animal, plantar un árbol, el baile o incluso para entrar o salir de prisión. Estas deudas podían traspasarse de padre a hijo e incluso a las generaciones siguientes, y si no conseguían pagarlo, los deudores se veían reducidos a la condición de esclavos.

Los fugitivos y los ladrones eran perseguidos por un pequeño ejército profesional. Sus penas predilectas: arrancar la lengua o un ojo, seccionar el tendón de la rodilla, etc. Todas estas torturas quedaron prohibidas en 1951 mediante la aplicación de las reformas provenientes de Pekín.


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jueves, 26 de junio de 2008

Eduardo Galeano y los ojos abiertos de América Latina

Jorge Majfud

Tlaxcala

Son muy pocos los casos de escritores que sostienen una total indiferencia por la ética de su trabajo. No son pocos los que han entendido que en la práctica literaria es posible separar la ética de la estética. Jorge Luis Borges, no sin maestría, practicó una forma de política de la neutralidad estética y quizás estuvo convencido de esta posibilidad. Así, el universalismo del precoz posmodernismo borgeano no era otra cosa que el mismo eurocentrismo de la Era Moderna matizado con el exotismo propio de un imperio que, como el británico, se aferraba con la nostalgia de viejo decadente a los misterios de la India sometida y de las noches de una Arabia fuera de los peligros de la historia. No era el reconocimiento de la diversidad —de la igual libertad— sino la confirmación de la superioridad del canon europeo adornado con souvenirs y botines de guerra.

Quizás hubo un tiempo en que verdad, ética y estética eran lo mismo. Quizás fueron los tiempos del mito. También ha sido un rasgo propio de lo que llamamos literatura del compromiso. No una literatura hecha para la política sino una literatura integral, donde el texto y el autor, la ética y la estética van juntos; donde literatura y metaliteratura son la misma cosa. Diferente ha sido el pensamiento publicitario de la posmodernidad, estratégicamente fragmentado sin conexiones posibles. Legitimados por esta moda cultural, los críticos del establishment se dedicaron a rechazar cualquier valor político, ético o epistemológico de un texto literario. Para este tipo de superstición, el autor, su contexto, sus prejuicios y los prejuicios de los lectores quedaban fuera del texto puro, destilado de toda contaminación humana. Pero ¿qué quedaría de un texto si le quitamos todo lo metaliterario? ¿Por qué el mármol, el terciopelo o el sexo repetido hasta el vacío habrían de ser más literarios que el erotismo, un drama social o la lucha por la verdad histórica? Rodolfo Walsh dijo que una máquina de escribir podía ser un abanico o una pistola. ¿No ha sido esta fragmentación y posterior destilación una estrategia crítica para convertir la escritura en un juego inocente, en un calmante más que en un instrumento de inquisición contra la musculatura del poder?

En su nuevo libro Eduardo Galeano contesta estas preguntas con su inconfundible estilo —Borges reconocería: con amable desdén—, sin ocuparse de ellas. Como sus libros anteriores desde Días y noches de amor y de guerra (1978), Espejos está organizado con la fragmentación posmoderna de la cápsula breve. No obstante todo el libro, como el resto de su obra, muestra una inquebrantable unidad. Sus estética y sus convicciones éticas también. Aún en medio de las más violentas tormentas ideológicas que sacudieron la más reciente historia, esta nave no se ha resquebrajado.

Espejos amplía a otos continentes el área geográfica de América latina que había caracterizado por décadas el interés principal de Eduardo Galeano. Su técnica narrativa es la misma que de la trilogía Memoria del Fuego (1982-1986): con un narrador impersonal que cumple con el propósito de aproximarse a la voz anónima y plural de "los otros" y evitando la anécdota personal, con un orden temático algunas veces y con un orden cronológico casi siempre, el libro se inicia con los mitos cosmogónicos y culmina en nuestros tiempos. Cada breve texto es una reflexión ética, casi siempre reveladora de una realidad dolorosa y con el invalorable consuelo de la belleza de la narración. Quizás no otro es el principio de la tragedia griega: la lección y la conmoción, la esperanza y la resignación o la lección mayor del fracaso. Como en sus libros anteriores, el paradigma del escritor comprometido latinoamericano, y sobre todo el paradigma de Eduardo Galeano, parece reconstruirse una vez más: la historia puede progresar, pero ese progreso ético-estético tiene por destino utópico el origen mítico y por instrumentos de lucha la memoria y la conciencia de la opresión. El progreso consiste en una regeneración, en la recreación de la humanidad tal como lo hiciera el más sabio, justo y vulnerable de los dioses amerindios, el hombre-dios Quetzalcóatl.

Si quitásemos el código ético desde el cual se realiza la lectura de cada texto, Espejos estallaría en fragmentos brillantes; pero no reflejarían nada. Si quistásemos la maestría estética con la cual fue escrito este libro dejaría de ser memorable. Como los mitos, como el pensamiento mítico que revindica su autor, no hay forma de separar una parte del todo sin alterar el sagrado orden del Cosmos. Cada parte no es sólo un fragmento alienado sino una pequeña pieza que ha desenterrado un arqueólogo consecuente. La pequeña pieza vale por sí sola pero mucho más vale por los otros fragmentos que han sido ordenados y éstos valen aún más por aquellos fragmentos que se han perdido y que ahora se revelan por los espacios vacíos que se han formado, revelando el jarrón, toda una civilización sepultada por el viento y la barbarie.

La primera ley del narrador, no aburrir, se cumple. La primera ley del intelectual comprometido también: en ningún caso la diversión se convierte en narcótico sino en lúcido placer estético.

Espejos ha sido publicada este año simultáneamente en España, México y Argentina por Siglo XXI, y en Uruguay por Ediciones del Chanchito. Esta última continúa una colección ya clásica de tapas negras alcanzando el número 15, representado significativamente con la letra ñ. Los textos van acompañados de ilustraciones a manera de pequeñas viñetas que recuerdan el cuidadoso arte de la edición de libros en el Renacimiento además de la época juvenil del autor como dibujante. Aunque su concepción del mundo lo lleva a pensar de forma estructural, es difícil imaginarse a Eduardo Galeano pasando por alto algún detalle. Como buen joyero de la palabra que pule en búsqueda cada uno de sus diferentes reflejos, así también es cuidadoso en las ediciones de sus libros como objetos de arte.

Con cada entrega, este icono de la literatura latinoamericana nos confirma que otros premios formales, como el Premio Cervantes, se están demorando demasiado.


Tomado de Rebelión.

viernes, 20 de junio de 2008

La Directiva de la vergüenza.


¿Qué hay detrás? El proceso de desaceleración de la economía neoliberal, el aumento de partidos racistas de extrema derecha y neofascistas en la Unión o, simplemente, el cierre de las fronteras a las personas migrantes que vienen del Sur.

Por fin han aprobado la directiva de la vergüenza en el Parlamento Europeo. Lo han hecho aún sabiendo que, con ello, violaban los derechos más elementales de las personas. Los migrantes, ahora, por «migrar» y por querer mejorar sus vidas, son delincuentes. La directiva prevé la repatriación al país de origen y éstos son sus principales contenidos:

«Retención». Comunicada la expulsión, el internamiento en un centro -nunca cárcel- podrá ser decidido en caso de ¿riesgo de fuga? o si el inmigrante sin papeles rechaza su repatriación. «Duración de la retención». Se establece un periodo máximo de internamiento de seis meses, ampliable a 18 en caso de ¿falta de cooperación? Tras esos 18 meses, si no se ha producido la expulsión, el inmigrante debe quedar libre. «Prohibición de entrada». Tras su expulsión, el inmigrante no podrá entrar en Europa en un plazo de cinco años (más, si se aprecia que supone una ¿amenaza grave? para el orden y la seguridad). «Menores». Los menores no acompañados y las familias con menores serán internados ¿como último recurso y durante el menor tiempo posible? No obstante, los menores no acompañados podrán ser expulsados a países donde no tengan tutor o familia.

La Directiva tiene como objetivo -dicen- armonizar las políticas sobre el tratamiento que debe darse a los inmigrantes sin papeles que lleguen a territorio europeo. Si ese es el objetivo final, me río de ello, porque sólo veo un fin: criminalizar a las personas por ejercer un derecho inherente al ser humano, migrar. Y si alguien todavía no ve la comparación o similitudes con un campo de concentración es porque no ha visto el verdadero meollo de esta Directiva de la vergüenza.

¿Qué hay detrás? El proceso de desaceleración de la economía neoliberal, el aumento de partidos racistas de extrema derecha y neofascistas en la Unión o, simplemente, el cierre de las fronteras a las personas migrantes que vienen de los países del Sur.

Los problemas que se derivan de la desaceleración económica repercutirán en la pauperización de un sector amplio de la sociedad de la UE. Y antes de que estallen conflictos sociales, quienes pagan los platos rotos son precisamente los migrantes, aquéllos que han estado manteniendo su nivel de vida con contratos basura algunos, y otros, una mayoría, trabajando como esclavos para empresarios sin escrúpulos que se han estado beneficiando de esa supuesta migración sin papeles que hoy se quiere atajar.

Si tras la aprobación de esta directiva se esconden argumentos racistas y xenófobos, la situación es aún más grave para el futuro de esta rancia y opulenta Europa, porque a quienes se les está cerrando las fronteras es solamente a quienes proceden de los países del Sur.

También en ese juego racista entran partidos políticos que se autonominan como defensores de los derechos humanos, que se dicen progresistas y de izquierdas. Es el caso del PSOE, que ha sido uno de los que más ha defendido y presionado (según el autor de la norma, el alemán Manfred Weber) para endurecer esta Directiva. ¿Y es este partido el que en Euskal Herria se llena la boca de mociones éticas en ayuntamientos? ¿de qué ética?

Si en el fondo de esta directiva está cerrar las fronteras sobre todo a la migración proveniente de los países del Sur (entiéndase: África, América latina y Asia), la situación de xenofobia y racismo es aún más grave. A los colectivos, en su mayoría procedentes de países «pobres», se nos está cerrando las fronteras. Se aplicará la mano dura del fascismo a quien se atreva, arriesgando su vida, a llegar a vivir y trabajar por una vida con más dignidad. Y lo hacen sabiendo que ya cuentan dentro de la Unión con mano de obra barata de países como Rumanía, Polonia... que además de ser «blancos» son europeos, y están dispuestos a trabajar como mano de obra barata.

Qué poca memoria histórica tienen estos países que no hace mucho han estado viajando precisamente a los países de donde proceden la inmensa mayoría de las personas a las que hoy, con esta directiva, se les niega el derecho de venir, a pesar de que huyen de una situación social económica, política y de guerras, muchas veces impuestas por los países más ricos del planeta. Cuando no hace mucho han ido a saquear, a robar, y a esquilmar las riquezas que tienen los Países del Sur. A los dirigentes del PSOE se les olvida que cuando Colón viajó en busca de nuevas tierras, sus tripulantes, todos, eran presidiarios. Entre asesinos y ladrones estuvo el tan manido descubrimiento de América. Mientras, quienes ahora llegan, trabajan en lo que no quieren los nacionales.

Cualquiera que sea el motivo para votar esta directiva, merece todo el rechazo ético y moral por parte de quienes no nos sentimos identificados con su argumentos de fondo, sean los que sean. Porque con el argumento de atajar la migración ilegal se favorecen posiciones de partidos de la extrema derecha racista de la que hoy, sí, se puede decir vieja y rancia Europa.


Esta tomado de GARA

lunes, 16 de junio de 2008

Calentamiento global y campañas mediáticas, ¿a quién interesa?


Documentos de expertos que anunciaron desde hace más de diez años que el calentamiento global, era – y es – un hecho, esos documentos, siempre han estado en la mesa de quienes contaminan, y siempre lo han sabido, y, sí, siempre lo han ocultando. El país que más contamina y su presidente, ellos, ocultaron y desvirtuaron las informaciones, es más pagaron a otros “expertos” para que dijesen lo contrario y así, ocultar, la realidad a la que se estaban enfrentando, insisto, eso hace más de diez años.

La naturaleza se revela, nos dicen los expertos y se agota también. La contaminación, el calentamiento de la tierra está haciendo que el hielo se derrita más rápido de lo previsto. Nos invitan a todos a que no contaminemos, y nos lanzan campañas para concientizarnos (a los ciudadanos) de que debemos proteger la naturaleza.

Cuando veo esas campañas, me pregunto, ¿cuándo esas campañas van a ir encaminadas a denunciar a los responsables más directos, o para concienciar a quienes verdaderamente contaminan? las empresas que contaminan siguen en lo suyo, para ellos el beneficio es lo que cuenta, y no si la tierra se nos está yendo de las manos por culpa de unos pocos avariciosos y empresarios sanguijuelas. O acaso, es que quieren – los que verdaderamente contaminan - con esas campañas ¿desviar la atención? para que nosotros l@s ciudadan@s de a pie, el vecino, la vecina etc… pensemos que somos nosotros, aunque en menor medida, los que contaminamos y es “culpa” nuestra que el cambio climático está como está. Así mientras nos transmiten sus culpas, sus responsabilidades, que en mayor medida la tienen las grandes corporaciones; mientras ellos, siguen esquilmando y contaminando el medio ambiente, nosotros asumimos como tal, el tan comentado cambio climático, y ¿ellos?.

Qué me dicen de los países que realmente contaminan, que son en definitiva, los verdaderos responsables de que la tierra esté como esté y tod@s, la inmensa mayoría del planeta estemos sufriendo las consecuencias. Con este apunte no pretendo echar balones fuera, no, es simplemente apuntar, y denunciar, que hay campañas mediáticas que se financian para que los ciudadanos de a pie, nos sintamos culpables.

La gente cuando ve esas campañas de concienciación, son – somos - los primeros en responder con responsabilidad ecológica porque se saben – sabemos – a qué nos exponen y nos exponemos si seguimos por el camino de la contaminación. Y ahora nos dicen, está comprobado científicamente, que las vacas son otras que contaminan, por eso quizá, las vaquitas intentan reprimir sus ventosidades, porque según las últimas noticias, ellas, con sus pedos, contaminan el planeta, y, la capa de ozono se deteriora cada vez más por culpa de los vientos que tienen en sus vientres y que expelen por el ano las vaquitas. Lo que nos faltaba, además de que nos quieren hacer sentir culpables de las contaminación que producen las corporaciones, las transnacionales, de los países más opulentos, las vaquitas también contaminan.