Es el caso de El Salvador, que dentro de unos meses habrá elecciones para presidente. En estos momento se está viviendo en el pulgarcito de américa una algarabía que se mezcla con unas ilusiones de cambio en lo que se refiere a quién va a ganar esas elecciones. No deberíamos olvidar, sin embargo, que no todo lo que reluce es oro, como diría mi madre, para muestra un botón. posteo una entrevista a Funes el desmemoriado, va de candidato del partido político FMLN. Cada quién saque sus propias conclusiones. La entrevista, aunque corta, no tiene desperdicio.
Sin candidato a la vista, el FMLN dio un golpe de timón y eligió a un sucesor un tanto diferente. Esta semana Funes estuvo en Buenos Aires por poco más de un día. Tenía planeados encuentros con dirigentes sociales y de izquierda, pero uno a uno fue cancelándolos todos. Finalmente, sólo se reunió con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Hablé sobre la urgente situación alimentaria en mi país y sobre los temores de un fraude en las próximas elecciones. Le pedí que envíe observadores”, contó.
Pero Funes también le adelantó una propuesta. El ex periodista quiere acercar a los países centroamericanos al Cono Sur. “Creo que Argentina, Brasil y Chile pueden contrabalancear mejor la influencia de Estados Unidos en la región que el gobierno venezolano de Hugo Chávez. Sus discursos no son tan confrontativos.”
–Su discurso difiere mucho de los postulados históricos del FMLN. Usted prometió no tocar la dolarización, el TLC con Estados Unidos ni la ley de inmunidad que protege a los criminales de la guerra civil.
–Mi discurso no es el mismo de la izquierda tradicional, porque no la represento. Yo no vengo de allí ni me afilié a un partido que sigue esa línea de pensamiento. El FMLN evolucionó y la prueba es mi candidatura. Los jefes históricos del FMLN han pedido disculpas públicamente por cualquier exceso o dolor que le haya causado al pueblo salvadoreño. También reconocieron que el centro de monitoreo que tiene Estados Unidos en el país no es necesariamente malo, si es bien regulado y controlado. El FMLN fue uno de los opositores más duros al Tratado de Libre Comercio. Sin embargo, el partido entendió que no se puede romper un acuerdo que el país firmó. Las inversiones se irían en un minuto.
–¿Tampoco va a intentar construir un modelo socialista, como plantea el programa del FMLN?
–En los hechos el Frente renunció a construir un El Salvador socialista a corto o mediano plazo. Es imposible. El Salvador no puede convertirse en una nación socialista, porque ni siquiera es capitalista. Es casi una sociedad feudal. Tenemos que empezar a construir y después, mucho después, podemos empezar a imaginar un país socialista.
–¿Eso significa que no se inclinará por el ALBA, como lo hicieron Nicaragua y Honduras?
–Yo no puedo sumarme a un acuerdo comercial o a un bloque regional que ponga en peligro la relación con Estados Unidos. Simplemente no es realista. No puedo adelantar una posición sobre el ALBA, será un tema que analizaré, pero ya garantizo que no firmaré nada que contradiga los acuerdos económicos ya firmados por El Salvador ni que ponga en peligro la estabilidad económica y política del país.
–¿Qué se puede hacer, entonces?
–Yo no voy a perseguir ninguna aventura loca. Voy a respetar la propiedad privada y todos los compromisos comerciales previos. El país necesita pequeños cambios, que se empiecen a hacer las cosas bien. Necesitamos que los hospitales públicos tengan insumos, medicinas, camas. Hoy los hospitales están entre un 40 y un 60 por ciento desabastecidos. Incluso los salvadoreños tienen que pagar un vale solidario para poder atenderse. Los salvadoreños necesitan una buena educación, buenos trabajos, alimentos baratos. Yo miro los ejemplos de los gobiernos de izquierda de la región que funcionaron y lo hicieron de forma responsable. Veo al gobierno de Lula.
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