jueves, 29 de noviembre de 2007

Chávez y la izquierda latinoamericana

Jesús Arboleya Cervera

A raíz de la convocatoria a un plebiscito sobre reformas a la Constitución venezolana, se ha desatado una impresionante campaña internacional contra el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela. El inusual exabrupto del rey Juan Carlos en la Cumbre Iberoamericana; la patada de Uribe a la mesa de negociaciones con la guerrilla colombiana, donde Chávez actuaba como mediador; incluso las quejas de Michele Bachelet, que lo culpa de los precios del petróleo, son demasiados incidentes para suponer que se trata de una mala racha. El único que no ha hablado es el gobierno norteamericano, no le hace falta.

No existe un medio informativo, integrado de una forma u otra a las redes transnacionales de comunicación, que no haya destacado estas noticias, presentándonos a Chávez como un megalómano desquiciado, con tan poca educación que es capaz de insultar a personas tan venerables como su majestad, cuya “alma de dictador” queda en evidencia, por la supuesta represión a los “inocentes” estudiantes que actúan en su contra. Ni que decir de la naturaleza democrática del plebiscito: “Que sean o hayan sido populares y ganaran elecciones no hace de ellos demócratas”, ha dicho Vargas Llosa, en el famoso artículo que El País quiere prohibir citar a Rebelión, con lo que reproduce casi al calco, pero con otra intención, los argumentos del vicepresidente cubano Carlos Lage, en respuesta al alegato de Zapatero en defensa de José María Aznar. De lo que resulta, que ahora la derecha se apropia de la dialéctica y las sacrosantas elecciones, bajo cuya sombrilla se han instalado tantos gobiernos espurios, incluyendo el de George W. Bush, son y no son factor de legitimidad, depende de quien las gane.

De la derecha, que sí sabe lo que quiere, no podía esperarse otra cosa, pero la izquierda, al menos ciertos sectores de ella, es siempre más ingenua. La revolución bolivariana es un campo de batalla donde se han ensayado golpes de Estado, huelgas patronales financiadas por Estados Unidos, sabotajes a la industria petrolera y la planificación de magnicidios y otros actos terroristas, que incluyen el asesinato de jueces, incluso de personas inocentes, que después la prensa se encargó de achacar a las fuerzas chapistas, mediante un reportaje manipulado que ganó un premio del rey de España. Nada de ello debe sorprendernos, “cada revolución engendra su propia contrarrevolución”, nos dijo Carlos Marx, y el Che advirtió que las revoluciones eran muchas veces un proceso de “contragolpe”, porque sus enemigos no se quedaban con los brazos cruzados.

Este es el verdadero escenario de la revolución bolivariana, por lo que resulta descabellado suponer que la política de Estados Unidos hacia Venezuela está “signada por la inacción”, como afirman algunos especialistas. Va contra la lógica imaginar que la política norteamericana no emplea todo su potencial contra un proceso que altera su capacidad de dominio en la región y pone en peligro el control estratégico de los recursos energéticos del mundo, lo cual está en el centro de la doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos y es la razón que los ha llevado a la guerra en el Medio Oriente. Miles de millones de dólares ha invertido el gobierno estadounidense en su ofensiva contra Venezuela, algunos son fácilmente rastreados a través de las “donaciones legales” de entidades públicas, mediante las cuales se santificaron los pecados antes achacados a la CIA, pero muchos más, y con fines más turbios, se invierten a través de sus servicios subversivos. Lo que no aparece en la política pública, se hace en secreto, y no existe patrón ético que limite estos esfuerzos. La revolución bolivariana no es una revolución pacífica y no es por su culpa.

Por tanto, resulta lamentable que ciertos sectores de la izquierda latinoamericana, especialmente algunos que se definen como intelectuales marxistas, no hayan cerrado filas en defensa de la revolución bolivariana y se desgasten, y nos desgasten, en disquisiciones filosóficas, que tienen poco asidero en la práctica y malamente sirven a ella. Mientras el pueblo venezolano sale a las calles en defensa de “su” presidente y Chávez despierta el apoyo popular en cualquiera de los países que visita, estos intelectuales marxistas se dedican a observar con un microscopio la “pureza” conceptual del movimiento revolucionario venezolano y descalificar su naturaleza socialista.

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jueves, 15 de noviembre de 2007

mártires de la UCA


A

Elba Ramos y su hija Celina Ramos de 15 años. Ignacio Ellacuría. Ignacio Martín Baró. Segundo Montes. Amando López. Juan Ramón Moreno. Joaquín López y López.

Esta por cumplirse el aniversario del asesinato de seis jesuitas y dos mujeres en la UCA El 16 de noviembre de 1989, el ejército maquinó en el estado mayor, acabar con la vida de los jesuitas, cuando ya no tenían otra alternativa que salir huyendo del país, ya que la ofensiva lanzada el 11 del mismo mes en la capital del país, auguraba el triunfo de la guerrilla. Hay quien afirma, años después, de que el FMLN había ganado la guerra y éstos ni se enteraron.

La respuesta del alto mando de la fuerza armada - a esa virtual derrota - y el presidente de entonces, tomaron la decisión, no sin antes consultarles a los gringos de asesinar a los intelectuales que habían denunciando los abusos que el gobierno de turno cometían, entre estos intelectuales, Ignacio Ellacuría... que por los medios de comunicación denuncio cientos de veces las violaciones a los derechos humanos, que el ejército con la ayuda prestada por la “inteligencia norteamericana”, cometían contra el pueblo pobre de el salvador, bombardeando indiscrimanamente a la población civil con la excusa de que eran base social de la guerrilla. también en constantes ocasiones denuncia la vinculación cuasi directa entre ejército y los escuadrones de la muerte.

La decisión de acabaran con la vida ocurrió la tarde del día miércoles, en el estado mayor de la fuerzas armadas, ahi se llevó a cabo dicha reunión que para que se sintieran sin culpa hicieron un rezo, llevada acabo por un pastor evangélico. cuando ellos creyeron que dios les iluminó, los asesinos, salieron en busca de sus presas. Seis jesuitas, una niña y su madre la cocinera fueron vil y cobardemente asesinad@s en los recintos de la Universidad. Los asesinos huyeron del sitio, no sin antes, dejar constancia que no habían sido ellos, como suele suceder en estos casos, ellos dejaron una nota donde firmaban con las siglas FMLN un leyenda que rezaba el porque de su ajusticiamiento. Este día, 16 de noviembre, pues, recordamos el martirio de estas ocho personas acribilladas por las manos asesinas y las balas de los gringos.

18 años después las venas de los pobres siguen abiertas en el país, las estructuras injustas del país que fueron la causa y el origen de la guerra, siguen intactas. La oligarquía que con su silencio y no condena aprobaron el magnicidio brindando con champan en sus residencias lujosas, ellos, siguen viviendo de los cristales rotos. la burguesía salvadoreña continúa dilapidando la vida de miles de salvadoreños. Las causas de la pobreza que tanto denunciaron varios de los jesuitas asesinados, siguen intactas. Y lo que es peor aún, si que puede serlo, es que los responsables de estas muertes - como de muchas que se cuenta por miles - hasta el día de hoy, no se ha hecho justicia.

Por más que nos quieran hacer creer que los culpables están en la cárcel, después de un juicio “justo” el 27 de septiembre de 1991 cuando, “un jurado” declaró culpables al director de la escuela militar de San Salvador, coronel Guillermo Alfredo Benavides, y al teniente Yusshy René Mendoza. La verdad, y los verdaderos responsables intelectuales, nunca se ha sabido.


Es necesario que se vuelva a abrir el caso para que la verdad prevalezca ante la mentira y la falacia montada entorno al juicio. A los responsables intelectuales que paguen por lo que maquinaron un día de 1989. Bien podíamos decir recordando a los mártires de la UCA, lo que aquella que canción popular nos decía "pateo la muerte tu rostro" que se escribió precisamente después de que miembros de la guardia nacional, asesinaran a otro jesuita salvadoreño, un 12 de Marzo de 1977, Rutilio Grande, y con él, un niño de la comunidad y un anciano.

Estas son nuestras fechas, las fechas de las amplias mayorías de el salvador que somos millones. Estas son nuestras memorias, no debemos de olvidar porque en nuestra historia colectiva se encuentra la responsabilidad de estos hechos no vuelvan a repetirse. Con el recuerdo de estas fechas hacemos que ellos, nuestros mártires, sigan presentes con nosotros. Y que todo su legado intelectual, sus opiniones escritas, radiales, televisivas etc... deben seguir dando y aportando, la denuncia que en su momento se hizo, porque las denuncias que Ellacú hacía al capitalismo, hoy neo liberalismo, tienen muchas mas vigencia que hace 20 años.

lunes, 12 de noviembre de 2007

¡Que se callen ellos!


A nadie se le escapa la discusión que ha suscitado la acusación y señalamiento que hizo Hugo Chávez a Aznar (en la Cumbre Latinoamericana de presidentes en Chile) Llamándole, fascista, el presidente de Venezuela ha dicho lo que millones pensamos de Aznar. También el monarca español espetó con prepotencia al presidente venezolano. El monarca mandó a callar al Presidente de Venezuela, cuando le pedía a Zapatero que le dijese a Aznar que dejara de ir por el mundo criticando al pueblo de Venezuela.

Quién mando a callar al presidente venezolano. El monarca español que fue puesto, a dedo, por el mismo dictador Franco. Fue Franco quién antes de su muerte y viendo la preocupación de esa España indivisible que él había creado, hizo que se reconociera en el parlamento español al Rey, al Rey español, por si alguien no lo sabía, lo nombró rey de España, un fascista, cercano a Hitler. El rey español garantizaría - y garantiza - para franco, la unidad de España, de esa España que Franco quería seguir manteniendo y seguiría - sigue en la figura del Rey- a su muerte.

Al Presidente Chávez lo han elegido por medio de las urnas, los venezolanos... la última de las elecciones, con más del 60 por ciento de los votos. A él si lo han elegido democráticamente mientras que al monarca español,
lo puso el mismísimo Franco. Podría seguir apuntando diferencias entre uno y otro. Pero me basta uno para sentenciar, como latinoamericano, quién tiene más derecho, desde el punto de vista democrático, ético-moral, los países latinoamericanos ya no son colonia de nadie, y no van a permitir que nadie imponga sus normas, en ese camino están varios países... Todos los que no compartimos que los imperios se impongan a base de corrupción, zaqueo, ni la imposición e ingerencias en asuntos internos de los pueblos latinoamericanos. Debemos de unir nuestras voces y gritar como Chávez a Aznar ¡fascista!, él pertenece a un partido que ha sido fundado por Manuel Fraga ex ministro en al época franquista.

Por si esto fuera poco Aznar tiene sus manos manchadas con sangre de miles de muertos en Irak, mujeres, niños, ancianos, hombres...,
ciudadanos anónimos de Irak que han muerto, y siguen muriendo por culpa del fascista Aznar, de sus mentiras y de su inventada guerra-invasión. Y, claro que fue elegido por una parte del pueblo español pero no por ello tenía que llevar al país a una guerra; cuando la inmensa mayoría de la sociedad española se opuso a esta guerra y dijo “No a la guerra", el señor Aznar junto con Bush y Blair ya habían tomado la decisión de invadir y bombardear a la población de Irak mucho antes y en los despachos, con la excusa de las armas de destrucción masiva, mandaron a los ejércitos a cometer matanzas indiscriminada contra la población civil iraquí con más de las mentiras que todos conocemos.

Se ha hablado más del pírrico, lívido y nimio discurso, el “primer discurso” elaborado por el monarca, y sólo duró, segundo y medio. Con sólo ese segundo ya nos hacemos la idea del talante, y de su capacidad intelectual del rey. Ha hecho ese discurso porque no tenía, a mano, a sus asesores-colaboradores, esas personas que le escriben sus discursos. Y como no los tiene a mano, es capaz de decir lo que dijo.
Quedó demostrado también, con sus palabras el poco(o nada) respeto que tiene a todos los mandatarios latinoamericanos, con su desplante, el que hizo levantándose y salir de la reunión, cuando hablaba otro presidente democráticamente elegido, Daniel Ortega, denota con ello, la prepotencia y el poco respeto, repito, que le tienen a los pueblo tanto de Nicaragua como al de Venezuela, a la inmensa mayoría del pueblo nicaragüense como venezolano.

Pero nadie va a hablar de ello. Más bien hablan de Hugo Chávez. No se está hablando de lo que realmente se discutió.
Ya nos hemos dado cuenta, leyendo en los periódicos españoles, el poco respeto que se les tienen a los presidentes como Chávez, Evo Morales entre otros. Si pusiera los epítetos con que se les dirigen a estos dos presidentes; las burguesías de ambos países y en los periódicos españoles. Esos medios escritos, televisivos y radiales, que defienden los intereses de las burguesía española y no, lo que dicen - o piensan – millones de ciudadanos anónimos españoles.

El que las empresas españolas quieran defender sus intereses, no es razón para que quieran imponer con resabios cantos imperialistas gobiernos títeres, a nuestros países. Queremos vivir en paz, sin injerencias de ningún tipo, es eso lo que reclaman la inmensa mayoría de pueblos de América latina, queremos ser nosotros los latinoamericanos los que elijamos a nuestros gobernantes. Ya es tiempo de que hablemos de igual a igual, y no que se llenen, de nuevo, de aires imperiales que de eso, ya estamos cansados.

América latina ya las experimentó por muchos años. Primero con la corona española, y con el imperio gringo..., imponiendo a base de intervenciones militares, golpes de estado “Desde la mitad del siglo XX EEUU ha derrocado 50 gobiernos elegidos porque no los controlaban y sus multinacionales tenían por delante el control de sus robos. Por medio de los golpes de Estado los gobiernos de EEUU han asesinado a millones de personas, matanzas generalizadas que los gobiernos colaboracionistas han callado y que cuando algo, por pequeño que sea, a la luz, acuden a tapar los representantes más significados de cada sitio. Todos los pueblos de Latinoamérica conocen a los asesinos, a sus ladrones y van apuntando los nombres de sus insignes defensores: recordamos Chile, Argentina, Uruguay, Paraguay, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Bolivia (en estas fechas recordamos el asesinato de Che Guevara), Panama, Grenada, y cómo el cerco a Cuba.* Gobiernos títeres, puestos por ellos. Esa época no tiene que volver, aunque lo quieran y sigan intentando, el pueblo latinoamericano está lo suficientemente maduro desde todos los puntos de vista para tomar sus propias decisiones, y los medios que tienen al alcance, son lo suficientemente claros para hacerlo, sea por medios de elecciones, es el pueblo latinoamericano, los que tienen que elegir los gobiernos que ellos quieren, y, prefieren, en muchos países, gobiernos de izquierda. Y es eso lo que no gusta a la extrema derecha de España y al Gobierno fascista de Bush.

* tomado de rebelión

jueves, 1 de noviembre de 2007

¿Puede el capitalismo ser suicida?

Quien habrá leído mi blog, se habrá dando cuenta que más de alguna vez, he posteado escritos, entrevistas, opiniones de este intelectual latinoamericano, brasileño Leoardo Boff. Teólogo de la liberación convencido y acérrimo defensor de la tierra Gaia en el cual vivimos. Os dejo pues, con un escrito que pueden encontrar en su página de semanal de Koinionía.

La situación medioambiental de la Tierra ha sido más o menos estable desde el neolítico, hace unos diez mil años, como puede ser comprobado científicamente analizando las capas de hielo del permafrost. La gran transformación ocurrió con el proceso industrial, especialmente en la posguerra y con el sorprendente crecimiento de la población. Anualmente empezaron a lanzarse a la atmósfera miles y miles de millones de toneladas de gases de efecto invernadero (dióxido de carbono, metano, óxido de nitrógeno y ozono) hasta el punto de que el sistema natural ya no consigue absorberlos. Ésta es la causa fundamental del calentamiento planetario, que no sería un nuevo ciclo natural de la Tierra, sino algo inducido por las prácticas humanas.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) ha elaborado modelos teóricos que nos permiten hacer previsiones fiables. Según ella, desde ahora hasta el año 2100 las temperaturas se elevarán entre 1,8 y 6 grados centígrados, estabilizándose alrededor de los 2-3 grados. El nivel del mar subiría de 18 a 59 centímetros. Todo eso a condición de hacer desde ahora fuertes inversiones (cerca de 460 mil millones de dólares anuales) para estabilizar la temperatura de la Tierra. Sin ese empeño colectivo, desaparecerían cerca del 20-30% de las especies animales y vegetales y el número de víctimas humanas podría llegar a millones. Las sequías, la desertización y la salinización de los suelos privarían de agua potable a casi tres mil millones de personas, haciendo aumentar en 600 millones los que ya pasan hambre. Los «refugiados ecológicos» serían millones, que no aceptarían pasivamente el veredicto de muerte sobre sus vidas e invadirían regiones más favorables a la vida.

Estas no son profecías de mal agüero sino llamamientos a todos los que alimentan solidaridad generacional y amor a la Casa Común. Hay un obstáculo cultural grave: estamos habituados a resultados inmediatos, mientras que aquí se trata de resultados futuros, fruto de acciones realizadas ahora. Como afirma la Carta de la Tierra: «las bases de la seguridad mundial están amenazadas; estas tendencias son peligrosas pero no inevitables». Estos peligros solamente podrán evitarse si cambiamos el modo de producción y el modelo de consumo. Esta transformación civilizatoria exige la voluntad política de todos los países del mundo y la colaboración sin excepción de toda la red de empresas transnacionales y nacionales de producción, pequeñas, medianas y grandes. Si algunas empresas mundiales se negasen a obrar en esta misma dirección podrían anular los esfuerzos de todas las demás. Por eso, la voluntad política debe ser colectiva e impositiva con prioridades bien definidas y con líneas generales bien claras, asumidas por todos, pequeños y grandes. Es una política de salvación planetaria.

El gran riesgo, que muchos ya ven, está en la lógica del sistema del capital mundialmente articulado. Su objetivo es el mayor lucro posible en el menor tiempo posible, con la expansión cada vez mayor de su poder, doblegando las legislaciones que limitan su voracidad. El capitalismo se orienta por la competición y no por la cooperación. Ante los cambios paradigmáticos se ve confrontado a este dilema: o se auto-niega, mostrándose solidario con el futuro de la humanidad y cambia su lógica y así corre el riesgo de ir a la quiebra, o se autoafirma en su busca de lucro, desconsiderando toda compasión y solidaridad, pasando incluso por encima de montañas de cadáveres y de la Tierra devastada. Muchos temen que, fiel a su naturaleza de lobo voraz, el capitalismo se vuelva suicida y prefiera morir y hacer morir antes que perder. Ojalá la vida supere a la lógica.