La renuncia, dimisión del Papa y la Teología de la Liberación.
La renuncia al papado de Benedicto XVI ha pillado a todos por sorpresa. Nadie la espera y menos a una agrego yo, los más cercanos a él. Todos los medios y expertos desde fuera de la iglesia han escrito ya un sinfín de especulaciones, sutiles elogios y alabanzas al todavía pontífice por su decisión.
Los más conservadores argumentan que lo hace porque es un gran hombre y demuestra con su renuncia la humanidad y la sencillez que posee a pesar de su privilegiado y de sus amplísimos conocimientos sobre teología. Otros, por el contrario, arguyen que la renuncia se debe a la lucha interna que hay en la jerarquía. Sin embargo la inmensa mayoría de católicos que desconocen e ignoran esas luchas internas, ven en su dimisión, la despedida de un "santo padre".
Al margen de alharacas y panegíricos que se escuchan a diario, huelga recordar que las circunstancias sociales, económicas y políticas dentro y fuera del Vaticano, da igual quien sea el papa. Las luchas internas que subyacen por el control de unos de los estados más pequeños del mundo, desconocido por la inmensa mayoría de las personas. Al igual que en los imperios, grandes o pequeños, en la jerarquía católica (vocablo de origen imperial), también hay quienes dominan y controlan a los súbditos.