Para empezar diré que ahora es más necesaria la ayuda y todos debemos volcarnos en ello como un deber moral y ético… dicho esto, algunas consideraciones. Cuando los gringos, el gobierno yanqui te ofrece su manos, no sabemos lo que esconde en la otra.
La hipocresía ahora no es sólo una palabra, o un concepto, es una realidad, es sustantivo y tiene forma, cuerpo y caras… es, sí, una figura real y se nos presenta en gobiernos (ojo que digo gobiernos no pueblos) del norte, ahora con el terremoto Haití, agolpan en los aeropuertos aviones que salen con toneladas de alimentos y un sinfín de productos necesarios - y necesitados - en estos momentos. Sin embargo, ¿porqué ahora y no antes?. Si. ¿Porque ahora con esta tragedia?.
Lo dicen sus medios, Haití es el país más pobre del continente. Si es así, ¿porque la ayuda no ha llegado antes? Si siempre ha necesitado de la ayuda. La respuesta es simple, la mayoría de países ricos que ahora ayudan a Haití, no tienen como prioridad la solidaridad. Es más si ellos ayudan lo hacen pensando en algún beneficio, si Haití es el país más pobres, qué beneficio pueden esperar. Ahí radica la hipocresía.
La mejor ayuda que necesitan los haitianos, sin embargo - y para el futuro - es que los países que se consideran imperios dejen de estar tejiendo sus malévolas componendas políticas. Que dejen de una vez que Haití sea el que decida su propio futuro. Ahora que el imperio yanqui está dispensando militares para la ayuda, y se dice, que liderará la ayuda que llegue a ese país, muestra con ello sus inicuas pretensiones, ya se ha hecho con el control del aeropuerto…, ellos deberían salir del país, pero no ahora sabiendo el grado de devastación que ha causado el terremoto, deben de salir después y para siempre.
Porque son ellos, el imperio yanqui y sus compinches adláteres, los que en definitiva tienen al país sumido en la miseria. Son ellos el verdadero y permanente terremoto que vive no sólo Haití, todo el planeta. Son ellos los que con el golpe de estado a Jean B. Aristide en 2004 sumieron en la miseria, aún más, al país. Derrocaron a un presidente que contaba con el apoyo popular - más amplio de la historia - del país, ese apoyo venía de las amplias mayorías pobres. Eran los pobres, y los pobres de los más pobres los que llevaron al presidente Aristide al Gobierno. Las propuestas del derrocado presidente eran revolucionarias y eso, como suele pasar, no gustó al imperialismo yanqui.
Además son ellos los que han estado confabulando e interviniendo desde años en ese país contra los gobiernos que no seguían sus lineamientos del imperio. Son ellos, los gringos, los que con sus empresas manufactureras las que tienen en la miseria a la inmensa mayoría. Son ellos, los que pagan no más de un dólar diario a los haitianos que trabajan en maquilas elaborando entre otras cosas, las pelotas de beisbol, que como todos sabemos, es el deporte por excelencia en ese país, y las empresas como no, son gringas. Si quieren los yanquis liderar las ayudas, lo primero que tendrían que hacer es, mejorar las condiciones laborales de miles de trabajadores que laboran en sus maquilas. Y sobre todo, el cese a la injerencia en todos los ámbitos de la vida social, política y económica.
No, no es esa la manera en que hay que ayudar al pueblo haitiano. Al pueblo haitiano se le ayuda siempre, como lo está haciendo desde hace más de 12 años, Cuba. Sí, Cuba, pero como todos sabemos, los medios no dirán absolutamente nada de la ayuda de los más de 400 médicos cubanos que hay en Haití. Y no dirán nada, de los más de 300 estudiantes haitianos que están estudiando en Cuba ni de todos aquellos haitianos graduados y que sus estudios los han hecho de forma gratuita. ¿Qué país que ahora dice ayudar a los haitianos, tiene en sus países a estudiantes venidos de los países del Sur en sus universidades pero de forma gratuita? Ni uno solo. Porque Haití merece mucho más que una ayuda.