lunes, 11 de enero de 2010

¿Qué debemos hacer o de qué lado estamos?


¿Dónde está América latina? ¿En qué continente se encuentran esa inmensa mayoría de países que hablan un idioma impuesto por el otrora imperio español?. Si la geografía no nos falla, veremos y ubicaremos a esos países, al “Sur” del imperio Yanqui. Sí, al Sur de ese país, imperio de la guerra. Al Sur, de ese imperio de muerte. Al Sur, de ese imperio asesino de niños, de ancian@s y de un sinfín de rostros anónimos… y que han sido asesinados por ejércitos, que, casualidad y causalidades de la vida, han sido entrenados por ese imperio, asesinos de niños, gringos asesinos mata sueños.

Ahí, pues, en el Sur están todos esos países que hablan además del castellano, otras lenguas, miles de lenguas que han resistido, con el paso del tiempo, la imposición imperial tanto de una lengua como de una cultura. Sin embargo, ahí están y ahí siguen. Se liberaron del otrora imperio español pero le siguió a éste unas burguesías locales - y lacayas - que se vendieron - y se venden - al mejor postor. Y así apareció el mejor postor y les ofreció a cambio de unos gobiernos de represión y de muerte, les ofreció a unos pocos, la abundancia…, y ellas, las burguesías locales se valieron de los ejércitos para someter - y desaparecer - a cientos, a miles. Impusieron el terror, única oferta que era entendida - y vendida - por el imperio yanqui para que ellas, las burguesías, siguieran ganando migajas que dejaba - y deja - el imperio yanqui.

Sin embargo, la realidad y la historia está cambiando. Y está cambiando a mejor para algunos pueblos. Son ellos, la inmensa mayoría de latinoamericanos que están revirtiendo la historia a favor de las amplías mayorías. Y eso es lo que no les gusta tanto a las burguesías locales y lacayas como a los gringos-asesino-mata-sueños. A ellos no les gusta que la inmensa mayoría sea el protagonista de la historia y no les gusta que los pueblos, quienes decidan su propia historia.

Desde la llegada de Obama al poder de ese imperio asesinos-mata-sueños, la situación social, política y económica de algunos países empieza a dar atisbos de intervención. Se empieza a ver un atisbo de desconcierto, de injerencias en asesinatos, en intrigas económicas y políticias entre países amigos, para así, por medio de la falacia y la mentira, hacer que las burguesías locales - y lacayas – lo que ya no pueden ganar en las urnas, se imponga mediante el terror, la muerte y la calumnia(que es el lenguaje del imperio). Ahí siguen los escuadrones de la muerte en varios países de la región. Las amenazas empiezan a resurgir y el asesinato selectivo de antaño, empieza a hacer, otra vez, el día a día en las democracias incipientes, ganadas por la inmensa mayoría.

Venezuela y los países del ALBA son, para el imperio yanqui, el enemigo a abatir. Porque su propuesta política, social y económica no se ajusta a los cánones dictados por el imperio. La guerra sucia ha comenzado(aunque nunca se hayan ido quienes la ejercieron y las ejercen) en el Sur del continente. Nos recuerda pues, que la mentira, la muerte y la desidia son los elementos necesarios e imprescindibles para mantener “la chusma a raya” como bien decía Chomsky. Lo estamos viendo en Irak, en Afganistán, y lo hemos estado viendo desde siempre, en Colombia. Y es precisamente este país y sus burgueses lacayos los que se están prestando al juego de la muerte, al lenguaje de la muerte y la mentira, mientras los gringos les dan a la burguesía, las migajas que caen de la mesa manchadas con sangre de inocentes latinoamerican@s.

¿Qué debemos hacer o de qué lado estamos, quienes por medio de la pluma y el tac, tac, del teclado que nos sirven para imprimir nuestra opinión?. ¿Echar más leña al fuego, criticando lo poco que se está haciendo en algunos países, o quedarnos callados?. En ambas tenemos el problema de la conciencia y de la lucha. ¿Existe realmente, sin embargo, en esta “contienda” entre los países del Sur y el Imperio yanqui “el mal menor y el mal mayor”?. ¿Debemos en esta etapa que se está abriendo en América latina señalar, denunciar, en nuestros escritos, sólo al imperio yanqui, quien es el que se empeña en convertir a los países de América latina en su patio trasero?.

Si guardamos silencio, apoyamos a esos gobiernos progresistas, y si hablamos o escribimos, nos ponemos, aunque no queramos, del lado de quienes se empeñan, insisto, por medio de la muerte, imponernos sus normas y su forma de vida neoliberal. En otras palabras si guardamos silencio de las corruptelas y de lo mal que lo pueden están haciendo algunos gobiernos progresistas, ¿es ponernos de su parte y participar de ello?. O, si denunciamos, criticamos etc., ¿con ello le hacemos un favor al imperio asesino de niños?. Difícil tarea. Más ahora que el imperio yanqui está presentando todas sus basas, desde las más de 7 bases en Colombia, y las otras en Aruba, Panamá y Curasao.

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