lunes, 11 de octubre de 2010

12 de Octubre.


El día de la desgracia

Está por celebrarse el “día de la raza”, 12 de octubre, por más que le doy vueltas en la cabeza al título en sí, porqué el día de la raza en algunos países de América latina, no encuentro la razón. ¿Cómo podemos celebrar entonces esa fecha? Cuando lo que se está festejando es el día de la desgracia, no sólo de un país, ¡NO¡, de todo un continente.

Todos sabemos que detrás de esa fecha se esconden miles y miles de historias de: masacres, torturas, asesinatos, exterminios colectivos, niñ@s, mujeres, ancianos… y (lo que he dado en llamar) las primeras guerras químicas o bacteriológicas, que como sabemos, muchos de los pueblos orinarios latinoamericanos murieron de un sinfín de enfermedades que trajeron/llevaron, los españoles. Podemos argumentar, sin embargo, que al principio – los españoles - no sabían que la gripe, la varicela, el sarampión entre otras enfermedades, podían estar matando a miles, puede ser. Cuando se dieron cuenta de que esas enfermedades era la causa del exterminio, se aplicó con vehemencia y con una fuerte carga ideológica de racismo para acabar, lo más pronto posible, con los millones de indígenas que había en el continente. Ya se rasgarán las vestiduras muchos “españolitos de pura cepa” con lo que estoy diciendo; otros muchos reconocerán que, lo que se hizo en aquellas tierras y con su gente, es imperdonable y no tiene nombre.

Para hacer tantas barbaridades tenían a la iglesia que les daba empuje tológico y espiritual para que hicieran todo tipo de desmanes con los indígenas. Esos “españolito de pura cepa” me espetaran de ignorante, tercer mundista entre otras lindezas y argumentarán sus archí-dichas historias sobre cómo vivían nuestros antepasados; los salvajes que eran y de cómo vivían, luchando y guerreando, y que sólo eso sabían hacer, etc. Sí, ya sabemos que la historia siempre la escriben los vencedores, y como suele pasar, adornan las historias de tal manera que siempre terminan diciendo, lo mismo pero más suave. Donde deberían de poner mil ponen cien, donde pondrían cien ponen diez…, etc. Ya se sabe, los vencedores que son los que han causado el daño, ellos, nunca tienen ni un atisbo de responsabilidad.

Cómo es posible, pues, por poner en un ejemplo de tales atrocidades: “el proyecto colonial Ibérico, en 80 años, de 1519 a 1595 redujo la población de México de 25.200,000 habitantes a 1.375.000…” (…), y continúa Boff; “fue el mayor genocidio de la historia, en la proporción de 25 por uno”. Entonces ¿Qué es lo que celebramos en ésta fecha?, ¿El día de la desgracia o el día de la raza?, para quien escribe queda claro, celebramos el día de la desgracia. Así como los palestinos celebran el Naphta, los pueblos de América latina deberíamos de celebrar este día como el día “de la desgracia o día del genocidio español” sobre los pueblos originarios de aquél continente que ellos, llamaban, Abya Yala.

Y los que desfilan por las calles de Madrid, sí, el ejército español. ¿Qué celebran? pues, es el día de ellos, y lo celebran con aviones, tanques, y cientos de soldaditos y reclutas, militares latinoamericanos que se prestan para recordar la barbarie. Ya sabemos que ellos, celebran, no el “día de la raza”, celebran el haber masacrado y exterminado a millones de indígenas de Abya Yala.

La migración se está convirtiendo en uno de los fenómenos sociales de este siglo. Si antes los europeos viajaban al continente americano, ahora son miles y miles de latinoamericanos que están viniendo y ya se está convirtiendo en una de las comunidades más grande en el estado español. De los miles de latinoamericanos, habrán algunos que también les duela la historia y que se celebre ese día como “el día de las fuerzas armdas” cual imperio mediocre de novena categoría se jactan y se pasean por tales calles como cual asesino se pasea por las masacres de la historia. Deberían, los latinoamericanos quienes llegan…, hacer una contramanifestación recordando eso sí, las miles…, los millones de víctimas inocentes que murieron bajo la espada y con venia y la bendición de la cruz.


Seguir leyendo en Kaosenlared

No hay comentarios: