¿Qué es lo que hiciste para que el régimen, la oligarquía, la burguesía, los terratenientes, y los militares de El Salvador te vieran como un enemigo? ¿Te vieran como un sacerdote jesuita peligroso para el establisment de entonces? ¿Porque los gringos sospecharon de ti y de tu catequesis e hicieron lo que solo saben hacer a quienes consideran, peligrosos?
Todos sabemos a 38 años que tu martirio, no fue en vano, aunque así lo parezca..., queda mucho por hacer, tu martirio fue la luz que iluminaría el camino a muchos,incluso a tu amigo, Monseñor Romero. Porque lo tuyo, Rutilio, fue un martirio, dicho de otra manera más mundana, tu asesinato junto con Nelson y Manuel fue ejecutado por un sistema injusto, ese sistema fue el ejecutor material e intelectual. Por algo te estuvieron espiando, te siguieron, te amenazaron y los esbirros llevaron a cabo tu ejecución.
Tu compromiso fue un delito y ese delito no fue otro que enseñar a leer y a escribir a los campesinos en la zona de Aguilares. Sabían que con esas dos herramientas, los campesinos, se llenarían de conciencia social y clase, y, sobre todo, de dignidad, y fue precisamente eso; la conciencia de clase y la dignidad, las que llevaron a los campesinos a querer transformar esa realidad injusta que tú ayudaste a desvelar, ese fue tu delito, Rutilio.
A tus 38 años de tu martirio siguen abiertas las venas del pulgarcito de América. Todavía queda mucho por hacer, seguimos recordando tu compromiso y como alguien dijo en una canción que se te hizo poco después de tu sacrificio..., "adonde podrán estar Nelson, Rutilio y Manuel y los demás inocente, queridos ausente por la represión" imagino que ahora estará sonando en muchos rincones del pulgarcito de América, tu pulgarcito.
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