domingo, 16 de noviembre de 2008

16 de Noviembre. mártires de la UCA


... y siguen abiertas las venas de América Nativa.

Ante un nuevo aniversario de los horrendos crímenes cometidos por el estado salvadoreño en los recintos de la Universidad Centroamericana UCA. ?Debemos quedarnos con los brazos cruzados mientras el tiempo pasa sin que se haya hecho justicia en tantos crímenes cometidos por el ejército salvadoreños, los escuadrones de la muerte que no mismo pero es igual, amparados eso sí, por el gobierno salvadoreño de entonces?. Qué debemos hacer cuando la memoria de quienes sufrieron la represión del estado, eso si, y, para ser honestos, con la estrecha colaboración de los Estados Unidos. La “culpa” es de quienes instigaron los crímenes. Los que se prestaron para tales menesteres, y, de quienes ejecutaron tan horrendos crímenes.
La memoria de la inmensa mayoría que sufrieron la represión y tales crímenes, ellos, insisto, la memoria les duele.

A casi veinte años de la masacre cometida por el los asesinos del batallón Atlacalt a las órdenes del entonces presidente Cristiani, su gobierno, y todo el alto mando del ejército salvadoreño, que son en definitiva los verdaderos responsables, a ellos no se les juzgo; se juzgo al “último” eslabón de esa pequeña cadena: Los que instigaron(los gringos). Los que se prestaron a tales menesteres(Cristiani y su gobierno), y los últimos de la cadena (quienes ejecutaron los crímenes). Conocidos tristemente como los mártires de la UCA. A estos se los “juzgo”, y, solo, años después, puestos en libertad. A casi veinte años la venas del pulgarcito de américa sigue abierta.

Sin embargo y después de tantos años surge una pregunta, ¿dónde está la justicia, quien la ejerce y a quién beneficia?. Para no alargarme en el tema, todos sabemos que los maquillajes que necesita un estado, como el salvadoreño, para seguir ejerciendo, como antaño, la represión, ahora de forma silente, y, no nos damos cuenta, porque como decía monseñor Romero, ellos, la oligarquía – y los gringos, añado yo – quieren que nos acostumbremos a tanta muerte.

Mas o menos así denunciaba monseñor Romero la escalada de violencia que desató por aquéllos años la burguesía, su gobierno y los militares. Ahora tanto años después, la represión parece que continúa pero de forma silente. Ahora se empapa de delincuencia común. Inseguridad por las calles. Pandillas etc. mientras el ciudadano de a pie, no se acostumbra, continúa con la rutina diaria, de un día normal, lleno de inseguridades: de casa al trabajo, aquél que lo tiene, y viceversa. Se atisban cambios dicen muchos. Y la inmensa mayoría lo ansía y lo espera casi con la esperanza perdida y los brazos abiertos a tan ansiados cambios.

Ojalá se lleve a cabo la demanda impuesta en el estado español contra Cristiani y sus asesinos. Porque, si no, pasarán setenta años o más, y, las heridas, que nunca se han cerrado en el pulgarcito de América, volverán a abrirse, o mejor dicho, seguirán abiertas, hasta que la inmensa mayoría de la población que sufrió los atentados más atroces de cuanto el ser humano puede padecer, hasta que no se haga justicia, ya no sólo con el caso de los jesuitas, si no con tantos y tantos casos como el que este día, 16 de Noviembre se celebra. Recordamos con dolor, con esperanza, con algo de amor y de rabia contenida a los mártires de la UCA. Celina y Alba Ramos. Segundo Montes. Ignacio Martín Baró. Juan Ramón Moreno. Amando López. Joaquín López y López. Ignacio Ellacuría.

Este mes también, se recordarán a los miembros del Frente Democrático Revolucionario; a Juan Chacón, Rodríguez Álvarez…el 27 de Noviembre, y volverán las preguntas que siempre nos estamos haciendo en este tipo de aniversario, y ¡los asesinos!, ¿Dónde están? Y, los que instigaron, y quienes se prestaron a tales menesteres, ¿dónde están?. También recordaremos al padre Neto Barrera, 28 de noviembre. Así día tras día de todo el año, los salvadoreños como en muchas partes de América Nativa, los pobres, los desheredados, los marginados para este modo de producción capitalista-neoliberal, no existe. Por eso creo necesario continuar con la demanda, y apoyarla con dignidad y justicia porque sólo así podemos, los salvadoreños, cerrar las heridas, y hacer Justicia.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me sensibiliza esta entrada con sentido social, solidario y humanitario. Respiro profundo por las tantas muertes que el paramilitarismo que avaló el actual presidente de Colombia, Uribe, aún siguen sin justicia.

Un abrazo sentido!