La honestidad de Funes, el candidato para la presidencia de El Salvador por parte de la “izquierda” salvadoreña y su trayectoria como periodista honesto, hizo que el pueblo salvadoreño se fijará en él, primero, en su programa de televisión donde hacia disecciones sobre la realidad política del país, y segundo; si ya la inmensa mayoría había tenido un pozo de simpatía sobre el presentador, cuando le expulsan de la cadena donde trabajaba como periodista, hizo crecer aún más esa simpatía. En el programa de televisión de análisis, Funes, criticaba, aplicando el principio deontológico como periodista, a todo los políticos tanto a los que decían, en ese momento, de izquierda, como a la derecha fascista. Sin embargo ese fue el error que cometió el presentador para el stablisment salvadoreño. La burguesía y sus compinches empresarios mexicanos no tardaron en quitarle del programa y por supuesto de la cadena donde trabajaba.
Sin embargo, él no es un político. Es un periodista con un buen bagaje intelectual y de izquierda, y, eso es lo que le hace ser quien es. El FMLN sabe que tienen a un buen comunicador, que sabe –y conoce muy bien- el hacer de los medios de comunicación. No es, por tanto, un ingenuo en cuanto a marketing de la comunicación, y, eso, en las campañas políticas burguesas cuenta. Los medios de comunicación son muy importantes, pero no tanto los programas políticos a la hora de lanzar campañas electorales.
Si se hace un análisis más o menos profundo de los programas tanto políticos como económicos que presentan; tanto la derecha fascista salvadoreña como la del Partido reformista de izquierda, veremos diferencias, si, de eso no hay duda, pero no diferencias antagónicas, eso sí, en algunas cosas aunque nimias coincidirán.
La honestidad, pues, de Mauricio Funes no está en tela de juicio ni mucho su hacer como periodista. Sin embargo huelga decir que, es al FMLN y a sus dirigentes los más antiguos, a quienes hay que criticar porque son ellos los que se lanzaron a los brazos de una economía capitalista y de una manera de hacer política, que aunque no nos guste reconocerlo es parte del mismo sistema. No es lo mismo decir que eres de izquierdas y revolucionario, y decir de izquierdas y no serlo, el segundo lleva implícito mucho más que programas políticos. Todo el acerbo empírico de lo que realmente fundamenta a un revolucionario pues, es mucho más que decirse de izquierdas, y , otra cosa es, ser socialdemócrata y no decirlo, aunque subyaga en el discurso una rémora intelectual de la social democracia europea, eso supone, por tanto, estar en las tesis políticas de análisis de estos.
Que sirva como ejemplo, el actual presidente español, se dice de izquierdas, pero sus políticas represivas a los migrantes y a los independentistas vascos, es el mismo o – peor – que en la época del presidente fascista anterior. Mucha de la izquierda europea no parlamentaria sabe muy bien qué significa abrazar esa línea de pensamiento. Hoy, no todo el que se dice de izquierdas es de izquierdas. Aunque esto, y soy consciente de ello, da para mucho, y para más tiempo de discusión sobre el tema. Pero sí, es mi obligación como seguidor de la política de mi país, o de cualquier parte del planeta, decir lo que creo respecto a la dirigencia del FMLN, y a su programa político, insisto en ello, el FMLN ya no es un partido revolucionario, más bien, es un partido con un programa muy parecido a la socialdemocracia europea, pero decirlo y llamarles izquierdas reformista no significa que para la inmensa mayoría de salvadoreñ@s no sea la única y posible opción. Es más si se les llamo reformistas es porque ellos no van a cambiar el sistema capitalista dependiente del país, van a llevar, quizás, y si les deja la derecha fascista, reformas, si es que las hacen y se atreven a hacerlas.
No es a mí a quien me toca dirimir el asunto que les compete a los salvadoreños que viven en el país para eso votaran en el 2009. Aunque de forma indirecta también a quienes estamos fuera, unos por cuestiones ajenas, otros porque ha sido su opción y, la inmensa mayoría porque el sistema económico que hay en el país, les obliga a huir, y buscarse la vida en el Norte.
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