La impunidad en Guatemala ha sido y sigue siendo un aureola que sólo cubre a los burgueses y militares. La impunidad está - y sólo existe - para ellos. Nadie es capaz de llevar al banquillo de los acusados a responsables directos de atentados contra personas anónimas como a personajes reconocidos en el quehacer político, social y cultural de ese país centroamericano. Igual que han quedado impune cientos de masacres contra el pueblo guatemalteco, en su mayoría, mayas.
A todos aquellos que han podido ver el vídeo del abogado Rosenber donde dice que si estamos viendo el vídeo es porque ha sido asesinado por el presidente de Guatemala. Nos ha conmovido el testimonio. Cierto o no, lo que sí se sabe, es que la muerte del Sr Rosenber como la de cientos de guatemaltecos anónimos es el pan diario de millones de personas en ese país.
La violencia es parte -o inherente - de un estado controlado mayoritariamente por burgueses y empresarios. Estado que en el pasado reciente se caracterizó precisamente por lo que ahora nos parece de repudio, la muerte del abogado Rosenber. Sin embargo no podemos ignorar a estas alturas que quienes durante muchos años han estado - y están - controlando el poder en Guatemala son precisamente quienes en el pasado ordenaban masacres contra la población.
Dicho esto permítanme hacer una pequeña reflexión sobre tal asunto. Antes mencionaré otro hecho que ocurrió hace unos dos años en ese mismo país. En el mes de febrero del 2007 fueron asesinados tres parlamentarios centroamericanos, entre ellos, un hijo del fundador del partida de la extrema derecha salvadoreña ARENA, y fundador también de los escuadrones de la muerte de El Salvador, Dabuissón, de eso no se ha sabido nada más. Las relaciones entre las burguesías sigue siendo la misma. No ha habido ni protestas por tales crímenes ni queja alguna. Es más, a los supuestos responsables, una vez capturados y en la cárcel, los asesinaron, dentro de la cárcel. Del caso no se supo más. La impunidad como en el pasado sigue acampando en ese sector rancio, racista y xenófobo de la burguesía guatemalteca y un sector importante de los militares. En un informe de human rights watch del 2007 señalaba que el promedio de personas asesinadas en Guatemala fue de 16 cada día y sólo se resolvió menos del 3% de los casos de asesinatos
Otro caso que ocurrió hace once años es el de Monseñor Juan Gerardi Coneder quien fue asesinado el 26 de abril de 1998... la manera en que lo asesinaron escandalizó al pueblo centroamericano. Gerardi fue conocido como el Obispo de la Paz por haber revelado el informe Guatemala, nunca más, en el que se señala a los aparatos de inteligencia militar como responsables de cientos de asesinatos en la guerra interna de Guatemala. Es otro de tantos casos… se pueden poner de ejemplo muchos más, miles, para hacernos una idea de cómo la burguesía y los militares arreglan sus asuntos.
Ahora sin embargo, la violencia de ese país nos vuelve a recordar que en Guatemala la impunidad sigue. Que no estará libre de este tipo de asesinatos hasta que no cambien esas estructuras de poder que persisten en ese sector minoritarios pero fascista en sus acciones. A tod@s nos ha conmovido las palabras del Sr Rodrigo Rosenber. Sin embargo, las miles de muertes de Indios Mayas que se llevaron a cabo en los años ochenta siguen sin que a los responsables se les juzgue. Es más, uno de los principales responsables, el General y ex Presidente, Rios Montt, no se le ha llevado al banquillo de los acusados y todos saben que él es uno de los máximos responsable de miles de muertes, y también uno de los responsables de los más de 40 mil desaparecidos. La impunidad sigue presente en estos casos, los gobiernos de turnos no han exigido ni tampoco han hecho justicia.
¿Qué hay detrás de todo esto? ¿Realmente fue el presidente Colom el responsable? De momento el Presidente niega que esté implicado. Sin embargo ¿Qué es lo que pasa, en Guatemala para que reine la impunidad? ¿La derecha y los militares, después de tantos años de conflicto(y finalizado éste) son los que están detrás de todo esto? ¿Porque ahora se acusa al presidente Colom de este vil asesinato?. ¿Será que sigue permaneciendo en ellos esta cruel manera de arreglar sus disputas?.
Un último dato a tener en cuenta para poder “discernir” y “entender” lo que hay detrás de todo el juego político, de los enfrentamientos internos por disputas de la burguesía guatemalteca, el actual presidente “En febrero de 2008, el Presidente Álvaro Colom anunció que revelaría los archivos militares correspondientes a la guerra civil de Guatemala. Sin embargo, el Ministro de Defensa luego ha postergado la entrega de los archivos, aduciendo que la constitución protege la confidencialidad de los documentos vinculados con la seguridad nacional. Una nueva ley aprobada en septiembre de 2008 cuestiona este argumento: el artículo 24 de la Ley de Libre Acceso a la Información Pública dispone que "en ningún caso podrá clasificarse como confidencial o reservada la información relativa a investigaciones de violaciones a los derechos humanos fundamentales o a delitos de lesa humanidad. Los archivos militares, no obstante, continúan cerrados.”
Con esto no digo que Colom sea inocente. No. Simplemente pretendo señalar que la impunidad de este asesinato como otros, y el de miles de guatemaltecos, siguen impunes, siguen sin que se haga justicia…, porque la impunidad forma parte de ese poder burgués y corrupto que todos conocemos como, en el caso de este país, de un capitalismo dependiente. Y subyace en la mayoría de la burguesía guatemalteca como en los militares un lábil y enteco racismo, de eso lo saben muy bien los mayas de Guatemala. Remanente racista heredado de sus antepasados, los criollos.
1 comentario:
Claro, es muy triste y doloroso lo que pasa en Guatemala. Esos niveles de violencia que duran tantos años y que han producido tantas víctimas.
Nosotros los salvadoreños no andamos muy lejos por este camino. Realmente una esperanza es que logremos parar esta marcha hacia el infierno.
También me gustaría que el pueblo guatemalteco pudiera encontrar la salida de esta situación.
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