Dos acontecimientos que dejan su impronta
en la historia. La primera, es la que se llevó a cabo en República Dominicana
en la cumbre de la OEA. La reunión llevaba por tema un tema de suma importancia
para el continente y sobre todo para el planeta y que tiene que ver con los
cambios climáticos..., sin embargo, el secretario general de dicha organización
se empeñó en llevar a cabo la agenda del gobierno gringo para Venezuela, la
Carta Democrática, o dicho de otra manera, solicitar a la OEA la intervención
militar y que dé el visto bueno a la intervención en territorio de Bolívar y
eso supone violentar la soberanía ya que dicha solicitud solo la tiene que
hacer el presidente del país.
No estaba en la agenda pero, se debatió y
si, el triunfo fue del sentido común y la solidaridad. 19 votos a favor de
continuar con la propuesta de diálogo que lleva a cabo UNASUR desde hace
semanas.., 12 en contra, 2 abstenciones y una ausencia. Quienes votaron a favor
de la intervención son los que de alguna u otra manera siguen los dictamines
del imperio y por el otro lado los que dijeron No y si apostaron por el diálogo,
son los que representantes de los países que por dignidad, independencia y
justicia social no permiten que la soberanía
de cualquier país de la región – en esta caso la de Venezuela - sea violentada sin atisbos ni subterfugios esta
carta es una de ellas. Triunfó, pues, la dignidad de los pueblos que luchan
porque se respete la dignidad de los pueblos de la Patria Grande.
La segunda y no menos importante, la firma
del cese al fuego - en Cuba - por parte de las FARC-EP y el Gobierno de Colombia. Tanto Cuba como Venezuela fueron los
que desde el principio apostaron por dicha firma. Es en territorio cubano donde
se han llevado a cabo las largas y extensas reuniones para la negociación de
dicho acuerdo. Fue el presidente Chávez el que tanto directa - e indirectamente
- el que inició y fue un activo necesario para este estimar el corolario
necesario a los encuentros y a las reuniones.
Estos dos acontecimiento marcan pues una línea
clara a seguir en un continente que, desde hace años viene apostando porque en
la región sea una región de paz, aunque algunos se empeñen en ir poniendo palos
a las ruedas para que no llegue a buen
término.
Dos alternativas antagónicas para la región
que se enfrentan en el día a día en la diplomacia. Los que apuestan por
continuar con las consideraciones del pasado y ver a América latina como un “patio
trasero” y los otros que, desde la óptica de la soberanía de los pueblos
apuestan por la construcción de una forma de vivir más digna para los pueblos
de la Patria Grande. En estos dos acontecimientos ha triunfado la segunda
opción. Son dos pequeños triunfos de la diplomacia latinoamericana que apuesta
por la paz.
La realidad de américa latina, sin embargo,
está marcada por las inquinas groserías del norte. No cesarán en su empeño de
hacerse con el control absoluto de una región rica en materias primas. La lucha
no ha sido ni será fácil. Tienen a sus aliados más racistas, xenófobos, lábiles
y cipayos en la región. Las oligarquías latinoamericanas se aferran a sus
comodidades y a sus privilegios y harán todo lo que esté en sus manos para que
las mayorías sigan siendo los parias de la región.
El dinosaurio del pasado está herido, y
está sintiendo que los latidos de su sinrazón, esa, de seguir imponiendo sus
políticas económicas poco a poco se apagan y se dejan sentir por las venas de
la historia...
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