El silencio de un machaque ideológico que persiste aún hoy en millones de latinoamericanos que no terminan de saber quiénes son y de dónde vienen. Convirtiéndose así en presa fácil de la manipulación de los medios de comunicación que controlan precisamente, esos que se creen superiores a los verdaderos herederos de las culturas de américa latina.
Es una fecha trágica para millones de latinoamericanos, millones de indígenas que pasan de celebrar algo parecido mas a un exterminio y etnocidio. Nadie percibe ese sentimiento con tanta cabalidad que aquéllos representan a millones de amerindios que lucharon y luchan todavía en silencio por mantener su cultura, su lengua, y sus tradiciones.
Con el paso del tiempo y por más que lo intentaron -y lo intentan- negar la presencia de los amerindios en nuestros días. Las burguesías racistas latinoamericanos esa negación cae como agua de borrajas en recipientes culturales que no terminan de hacer mella en las culturas originarias – y propias – de lo que hoy conocemos como Latinoamérica. Lo que se celebrará, en todo caso, es el día en el que “el Mal” hizo acto de presencia en el continente.
Podemos escribir – y describir – un sinfín de barbaridades de las que hicieron quienes iban y llegaron al nuevo continente en nombre de la corona y de la iglesia. Imaginarlas y describirlas, si duda que nos quedaríamos cortos. No nos alcanzaría, sin embargo, nuestra imaginación ni podríamos entrar en las siniestras y crueles mentes de quienes llegaron a practicar el infierno que les decían existía.